Cartas al director

La crisis del Gobierno y la crisis de Seat

La televisión, que, en contra de la machacona opinión de EL PAIS, está mejorando y hasta gana dinero (gracias, Calviño), nos inició el momento álgido de la crisis de Gobierno, con un ballet de coches que, en la Moncloa, descargaban a los señores ministros.Lo más sorprendente, e irritante, de aquel desfile fue que ninguno de los coches -aunque puedo equivocarme en alguno- era español y ni siquiera de marca extranjera fabricado en España, como Citroén, Peugeot, Renault, etcétera. El más humilde de todos, me refiero a don Alfonso Guerra, descendió de un Mercedes. Coincidiendo con es...

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La televisión, que, en contra de la machacona opinión de EL PAIS, está mejorando y hasta gana dinero (gracias, Calviño), nos inició el momento álgido de la crisis de Gobierno, con un ballet de coches que, en la Moncloa, descargaban a los señores ministros.Lo más sorprendente, e irritante, de aquel desfile fue que ninguno de los coches -aunque puedo equivocarme en alguno- era español y ni siquiera de marca extranjera fabricado en España, como Citroén, Peugeot, Renault, etcétera. El más humilde de todos, me refiero a don Alfonso Guerra, descendió de un Mercedes. Coincidiendo con esta crisis, Seat anunciba unas pérdidas de 36.190 millones de pesetas.

Esto me lleva de la mano a preguntarle al primer ministro, que tanto habla de rigor económico, y hasta parece haber sido una de las razones de -la crisis, por qué los millares de coches que utilizan las dependencias del Estado y, sobre todo los ministros, no son Seat en su totalidad, que, como es sabido, incluso fabrica coches blindados para la mayor seguridad de quienes, como los ministros, corren peligro.

¿Hay alguien que haya visto a ministros franceses o alemanes descendiendo de un coche que no sea de fabricación nacional? Claro que el presidente argelino, en su reciente visita a Madrid, utilizó un Rolls-Royce, que posiblemente fue puesto a su disposición por el Gobierno español.

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Señor primer ministro, los españoles le agrdecerían una contestación con ese candor que le ha caracterizado, pero que con el aprendizaje que proporciona su cargo, parece que está usted perdiendo.-

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