Reportaje:

Viaje al mundo de los testigos de la noticia

La Asociación de la Prensa de Madrid cumple 90 años pese a las dificultades económicas y profesionales

Desde aquel 15 de febrero de 1895 en que se reunía, en el número 2 de la calle San Agustín de Madrid, un reducido grupo de periodistas con la finalidad de "fundar una asociación que atendiera a la defensa de sus intereses morales y materiales", hasta hoy, 90 años después, han cambiado muchas cosas en la profesión periodística.

Pero lo que no ha cambiado, al menos sustancialmente, es una la idea de que es necesaria una actuación unitaria de los periodistas para defender no sólo unos intereses materiales y personales en una sociedad en crisis, sino sobre todo, unos valores de independ...

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Desde aquel 15 de febrero de 1895 en que se reunía, en el número 2 de la calle San Agustín de Madrid, un reducido grupo de periodistas con la finalidad de "fundar una asociación que atendiera a la defensa de sus intereses morales y materiales", hasta hoy, 90 años después, han cambiado muchas cosas en la profesión periodística.

Pero lo que no ha cambiado, al menos sustancialmente, es una la idea de que es necesaria una actuación unitaria de los periodistas para defender no sólo unos intereses materiales y personales en una sociedad en crisis, sino sobre todo, unos valores de independencia profesional que se consideran necesarios para que el periodismo alcance un mínimo nivel de credibilidad.

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Probablemente esta fue la idea compartida por algunos de los socios fundadores de la Asociación pionera de cuantas integran la Federación. Por eso no fue difícil que por encima de ideologías hubiera hombres de criterios dispares pero periodistas en activo, en aquella primera hora, como Serafín Adame, Alejandro Lerroux, Mariano de Cavia, Andrés Mellado, Salvador Mencheta, Rafael y Eduardo Gasset o Ramón Quintero.

Espíritu fundacional

También ahora se pretende volver al espíritu fundacional, según comenta el actual presidente, Luis Apostua, quien cita como ejemplo las recientes 200 nuevas incorporaciones de socios, la mayor parte del periodismo activo, que son periodistas porque practican el periodismo y viven de él independientemente de los títulos que posean.Casi 200 fundadores aclamaron el 31 de mayo de 1895 como primer presidente de la Asociación a Miguel Moya. En el acto constitutivo de la Asociación estuvieron presentes representantes de 24 periódicos (entre ellos La Época, El Imparcial, El Globo, El País, El Heraldo de Madrid, La Izquierda Dinástica, El Ideal); 6 agencias nacionales (Fabra, Madrileña, Mencheta, Quintero, Exprés y Almodóvar) y varios corresponsales en Madrid de periódicos de provincias.

Antes de que se cumpliera un año de su fundación que, oficialmente se sitúa el 21 de mayo de 1895, la Asociación ya tenía establecido su servicio médico. Esta ha sido una de las actividades más importantes que ha desarrollado y que mayores retos plantea también a la actual directiva porque deberá acomodar el concierto que le une a la Seguridad Social con las nuevas condiciones sanitarias que regirán cuando se apruebe la ley general de Sanidad.

Para entonces la Asociación se financiaba con las cuotas de los profesionales y comenzaba a programar verbenas y corridas de toros. Las corridas de toros las mantiene en la actualidad. También disfrutaba de algunas ayudas oficiales que continuaron, directa o indirectamente hasta hace dos años. Más tarde, ya en los años treinta de este siglo, se produjo el fenómeno de la Hoja del Lunes cuyos derechos de edición los ganó la Asociación de la Prensa en concurso público.

Ingresos de la 'Hoja'

La edición de la Hoja aportó no sólo un prestigio y una capacidad de influencia de los periodistas entre los lectores de Prensa, sino también unos ingresos saneados que cesaron 52 años después, cuando se produjo la aparición, de nuevo, los lunes, de algunos periódicos. La crisis provocada por la caída, en 1982, de las Hojas del Lunes, afectó de malíera especial a la Asociación de la Prensa de Madrid que llegó a los años ochenta con una situación financiera casi de quiebra derivada de una mala gestión por la construcciónde viviendas en la Ciudad de los Periodistas.La contienda civil y más tarde la posguerra supuso el colapso de la actividad profesional de la Asociación. La represión y la expulsión de los periodistas del bando derrotado o que no comulgaban con la obligada ideología del momento fueron la nota dominante.

El franquismo se encargó de oficializar el archivo de periodistas que tenía la Asociación. Lo que era al principio una lista profesional se hizo una lista administrativa y política.

Tras la Ley Fraga y coincidiendo con un cierto clima de liberalización en Prensa se logra que puedan asociarse también los periodistas que trabajan en los medios audioviduales y en las revistas. En 1968 son ya mil los asociados y comienza a bullir la lucha política de quienes sólo podían utilizar la asociación -como sucedía también en el resto de los colegios o asocia ciones profesionales- como plataforma de transformación o liquidación progresiva del régimen.

En este año se construyen pisos para 700 periodistas, se registra la primera huelga de la construcción precisamente en los bloques de la Ciudad de los Periodistas y la Asociación acumula unas pérdidas de 1.250 millones de pesetas.

Los últimos años del franquismo la Asocaición se convirtió en un foro de discusión política. Ante el fracaso de los directivos de la Asociación para enfrentarse a los problemas reales de la profesión germinan otras asocicaciones como las Uniones de Periodistas.

"Ahora", comomenta Luis Apostua, "estamos en una nueva época que comenzó, en mi opinión, con mi antecesor en el cargo, Luis María Ansón. Pero el problema previo a cualquier operación espectacular es la revitalización que se va logrando agrupando a la profesión real y prestado el apoyo jurídico a la profesión en problemas derivados del ejercicio de su trabajo".

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