Giro en la política económica

La Administración amplía aún más las facilidades de contratación

Las nuevas ayudas a la contratación de jóvenes anunciadas por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, suponen un paso más en la flexibilización del mercado de trabajo. Desde que el Gobierno socialista accedió al poder, las facilidades de contratación han ido aumentando hasta situarnos por encima del resto de los países europeos, sin que ello haya supuesto una mejora en los niveles de empleo. El número de parados menores de 25 años al terminar 1984 ascendía a 1.424.800, y suponía el 49,65% del total de paro según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).A las nuevas moda...

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Las nuevas ayudas a la contratación de jóvenes anunciadas por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, suponen un paso más en la flexibilización del mercado de trabajo. Desde que el Gobierno socialista accedió al poder, las facilidades de contratación han ido aumentando hasta situarnos por encima del resto de los países europeos, sin que ello haya supuesto una mejora en los niveles de empleo. El número de parados menores de 25 años al terminar 1984 ascendía a 1.424.800, y suponía el 49,65% del total de paro según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA).A las nuevas modalidades de contratación, consecuencia del Acuerdo Económico y Social (AES), se unirá a partir de ahora la bonificación del 50% de las cuotas de la Seguridad Social para la colocación de jóvenes menores de 25 años, y se suprimirá el tope del 30% de la cuota en la desgravación para el impuesto de sociedades. El AES contempla 500.000 pesetas de deducción en la cuota por cada nuevo trabajador, pero con el límite que ahora se suprime.

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Las nuevas ayudas, dedicadas al fomento del empleo juvenil, no suponen, sin embargo, un gran estímulo a la creación de empleo, si se tiene en cuenta que el empresario puede acceder a fórmulas a través de las cuales queda exento del pago de cuotas a la Seguridad Social. Éste sería el caso de los contratos de formación para jóvenes entre 16 y 20 años, en los que la reducción de la cuota es del 100% para las empresas menores de 25 trabajadores y del 90% en caso contrario.

La contratación en prácticas también establece la exención de las cuotas en un 75%, y se aplica a los jóvenes en paro a los que se les exige haber finalizado sus estudios en los cuatros años anteriores. Por último, si el contrato de un trabajador a tiempo parcial pasa a ser de jornada completa, la exención en la cuota es del 50%. Las medidas que anuncia Boyer, pues, están por debajo de las condiciones de otras modalidades de contratación. Medios del Gobierno han comentado incluso que las nuevas ayudas podrían tener un efecto más psicológico que real, y han destacado el hecho de que la reducción de las cuotas para los empresarios venga a través de bonificaciones y no exenciones.

Ello significa un gasto para el Estado, ya que Hacienda deberá pagar la mitad de la cotización empresarial. No obstante, la fórmula de Boyer puede recoger colectivos hasta ahora un tanto descolgados, como los jóvenes comprendidos entre los 20 y 25 años, que no pueden acceder a los contratos en formación, aquellos a los que los empresarios hubieran contratado en régimen temporal que no disfruta de exenciones en las cuotas, o a los que trabajan en actividades donde la formación profesional es difícil de establecer, como la construcción y el campo.

La flexibilización en la contratación, introducída por los gobiernos de UCD con gran oposición de los sindicatos, ha sido considerablemente ampliada por el Gobierno socialista con el acuerdo de UGT, en un intento de luchar contra el desempleo. Pese a ello, el número de parados ha ido creciendo desde los 2.234.800 existentes al finalizar 1982, hasta los 2.869.200 con que se cerró 1984, según los últimos datos de la EPA.

El Gobierno sigue apostando por la contratación temporal y las ayudas para el pago de cuotas a la Seguridad Social, convencido de que es la única manera de que el empresario cree empleo. Las medidas que en este sentido aprobó en el AES parece que han tenido buena aceptación al haber aumentado el número de contratos acogidosa los programas de fomento de empleo. Si en septiembre este tipo de contratación se aplicó a 35.782 personas, en octubre, con el AES ya firmado, los contratos ascendieron a 54.880 y llegaron casi a 60.000 a final de año.

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