Un policía frustrado

Juan admite que tiene vocación de policía. "De niño, ayudaba por las noches a los serenos", recuerda con satisfacción. Reconoce que seguramente hubiera sido guardia urbano o guardia civil: "Vocación no me falta". Su ilusión se vio truncada por una enfermedad que padece desde los 10 años en la columna vertebral y que ha frustrado sus intentos de ingresar en los diferentes cuerpos de seguridad.

Si alguna noche, por cualquier causa, se queda en la cama sin salir a patrullar, no concilia el sueño con facilidad. Duerme intranquilo pensado que precisamente esa noche pueden atracar a algui...

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Juan admite que tiene vocación de policía. "De niño, ayudaba por las noches a los serenos", recuerda con satisfacción. Reconoce que seguramente hubiera sido guardia urbano o guardia civil: "Vocación no me falta". Su ilusión se vio truncada por una enfermedad que padece desde los 10 años en la columna vertebral y que ha frustrado sus intentos de ingresar en los diferentes cuerpos de seguridad.

Si alguna noche, por cualquier causa, se queda en la cama sin salir a patrullar, no concilia el sueño con facilidad. Duerme intranquilo pensado que precisamente esa noche pueden atracar a alguien en el distrito 9. Sin embargo, se resiste a instalar en su establecimiento una alarma conectada directamente con la comisaría.

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El inspector Gadget no es partidario de que se pegue a los detenidos. No acaba de creerse que haya policías que cobren por realizar vigilancias especiales fuera de servicio, aunque añade que, al igual que sucede en otras profesiones, quizás haya alguien capaz de hacer una cosa así.

Juan comenta que con frecuencia ve a chicos jóvenes que se dedican a delinquir y que por su situacíón personal y familiar son dignos de lástima. "Los hay que yo sería el primero en darles una barra de pan", dice con preocupación. Este badalonés conoce todos y cada uno de los rincones del barrio en el que nació. Confiesa que le gusta vivir así. De día, trabajar en el bar; de noche, patrullar anónimamente, en soledad, por las calles, velando por el descanso de sus amigos y vecinos.

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