ASTURIAS

EL alcalde de Avilés acusa al de Grado de pagar a familias gitanas para que dejen su municipio

El alcalde de Avilés, el socialista Manuel Ponga, responsabilizó ayer implícitamente al alcalde de Grado -municipio próximo a Oviedo- de favorecer nuevos asentamientos de familias gitanas en núcleos chabolistas avilesinos. Según Ponga, un grupo de gitanos, a los que la Policía Municipal de Avilés había impedido ocupar una chabola en el barrio de La Carriona, aseguró en la alcaldía "proceder de Grado, donde les habían dado una cantidad de dinero en el Ayuntamiento para que pudieran venir a instalarse a Avilés".

El alcalde de Grado, el militante del PCE José Sierra, desmintió, sin emb...

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El alcalde de Avilés, el socialista Manuel Ponga, responsabilizó ayer implícitamente al alcalde de Grado -municipio próximo a Oviedo- de favorecer nuevos asentamientos de familias gitanas en núcleos chabolistas avilesinos. Según Ponga, un grupo de gitanos, a los que la Policía Municipal de Avilés había impedido ocupar una chabola en el barrio de La Carriona, aseguró en la alcaldía "proceder de Grado, donde les habían dado una cantidad de dinero en el Ayuntamiento para que pudieran venir a instalarse a Avilés".

El alcalde de Grado, el militante del PCE José Sierra, desmintió, sin embargo, esta versión. Según manifestó a este periódico, "lo único que se ha hecho en el Ayuntamiento ha sido ayudar, hace casi un año, a dos familias gitanas que solicitaron marcharse de nuestra villa, por enfrentamientos personales entre ellos". "Pero, en ningún caso", añadió el alcalde, "se les indicó a dónde tenían que irse ni se les entregó el dinero para que se fueran".Este nuevo conflicto, que coincide con el proces,o de erradicación de chabolismo, iniciado en varios ayuntamientos de la zona central del Principado, se une a los surgidos, recientemente en los barrios de Tremañes (Gijón) y La Carisa (Oviedo). Fuentes próximas a la delegación del Gobierno en Asturias expresaron ayer cierta preocupación "porque este problema pueda generalizarse en los principales núcleos urbanos de la región", según comentó a este díarío un portavoz cualificado.

El alcalde de Grado, municipio agrícola y ganadero con una población aproximada de 12.000 habitantes, aseguró ayer que en Grado "hay un asentamiento de tres familias gitanas desde hace varios años. Con una, jamás hubo ningún problema, pero las tras dos tenían enfrentamientos personales entre sí".

"Los miembros de una de ellas vinieron a decirme que querían marcharse de grado para evitar estas disputas", agregó el alcalde, "y me pidieron ayuda económica para trasladarse a San Sebastián. Nosotros les dimos entonces 50.000 pesetas y no supimos más de su paradero".

Poco días después, -José Sierra sitúa los hechos hace un año- vino al Ayuntamiento parte de la otra familia enfrentada, solicitando también ayuda y creo que les dimos unas 15.000 pesetas. Cualquier otra interpretación no se ajusta a la realidad", afirmó José Sierra.

Planteamiento difícil

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Entretanto, el alcalde de Avilés, Manuel Ponga -que fue alfabetizador de gitanos, junto con su esposa- indica que "este problema no se soluciona así, con el traslado de estas personas de unos lugares a otros. El planteamiento, que es difícil, tiene que ser regional, y así lo hemos seña lado en varias ocasiones a la delegación del Gobierno y a otras instituciones asturianas".En Avilés, que tiene 88.000 habitantes, hay unas 80 chabolas, que albergan un número aproximado de 500 gitanos, en los poblados de La Luz, La Carriona, la carretera vieja de Gijón, y otros.

Estos brotes contra la forma de llevar a cabo la erradicación del chabolismo y la integración social de familias gitanas coinciden con las polémicas suscitadas hace pocos días en los barrios de Tremañes (Gijón), por un problema de integración escolar, y La Carisa (Oviedo) donde los vecinos se oponen a la instalación de casas prefabricadas para gitanos.

En el caso de Gijón, el alcalde, el socialista José Manuel Palacio, desmintió ayer los rumores sobre la existencia de un incentivo económico presuntamente entregado por el Ayuntamiento a los gitanos que abandonan el municipio. "Aquí, no hacemos otra cosa que dar 75.000 pesetas a los gitanos que se comprometen a destruir su chabola y a no levantar otra en el casco de Gijón. Pero no se les pide, en absoluto, que abandonen el municipio", aseguró Palacio.

En Gijón están censadas unas 90 chabolas, ocupadas por cerca de 500 personas, que se reparten entre en los poblados de Villacajón, San Juan, La Santina y Nueva Ciudad Promocional.

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