La política monetaria restrictiva anunciada ayer por Volcker, nuevo espaldarazo a la fortaleza del dólar

El presidente del consejo de la Reserva Federal norteamericana, Paul Volcker, efectuó ayer su esperado anuncio sobre el comportamiento de la política monetaria estadounidense para este año, pronunciándose por un endurecimiento "cauteloso" de la oferta monetaria norteamericana. Ello permite adelantar que la demanda de dólares seguirá siendo la tónica en todos los mercados de cambios, ante la perspectiva de los elevados rendimientos que continuará ofreciendo a sus inversores. Todo parece indicar, por tanto, que el dólar va a continuar fuerte en un futuro inmediato.

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El presidente del consejo de la Reserva Federal norteamericana, Paul Volcker, efectuó ayer su esperado anuncio sobre el comportamiento de la política monetaria estadounidense para este año, pronunciándose por un endurecimiento "cauteloso" de la oferta monetaria norteamericana. Ello permite adelantar que la demanda de dólares seguirá siendo la tónica en todos los mercados de cambios, ante la perspectiva de los elevados rendimientos que continuará ofreciendo a sus inversores. Todo parece indicar, por tanto, que el dólar va a continuar fuerte en un futuro inmediato.

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La divisa norteamericana, en su línea de aumentos constantes, siguió ayer batiendo récords en todos los mercados de cambios. En Madrid, marcó su segundo máximo en lo que va de semana, al fijar el Banco de España un cambio medio de 183,287 pesetas por dólar, 63 céntimos por encima del cambio del martes.El dólar cambió ayer a 10, 1675 francos franceses, nuevo récord tras los 10,139 del martes. En Francfort, marcó nuevo récord desde noviembre de 1971, al cambiar a 3,3232 frente a los 3,3162 del martes. Lo mismo ocurrió en Roma, donde se cotizó a 2.052,55 liras frente a las 2.027,775 de la jornada anterior, y en Zurich, donde ayer abrió a 2,8195 francos suizos, frente a los 2,8170 del martes. En Londres, la libra retrocedió ligeramente, cambiando a 1,09 10 dólares frente a los 1,0925 anterior, con el mercado pendiente del resultado del viaje que la primera ministra británica, Margaret Thatcher, efectúa estos días a EE UU.

La intervención de los bancos centrales parece haber constituido un notable fracaso. Tanto la del banco central del Japón, el martes, como la de la Reserva Federal norteamericana y del Bundesbank, de la República Federal de Alemania, en días pasados, no parecen haber influido en la decisión de los invesores de continuar comprando dólares.

Tras haberse demostrado la ineficacia de estas intervenciones, nadie cree ya que los bancos centrales puedan cambiar la tendencia de sus monedas; de hecho, algunos han señalado ya la necesidad de esperar "momentos estratégicos más oportunos para intervenir", puesto que lo único que están logrando es una sangría notable de sus reservas.

Liquidez cautelosa

Paul Volcker aseguró ayer que "la Reserva Federal suministrará a la economía norteamericana liquidez suficiente para apoyar un crecimiento saneado durante 1985, pero que el FED ha puesto fin a la política monetaria acomodaticia introducida el pasado otoño". Según ello, el FED contempla crecimientos de entre el 4% y el 7% del agregado monetario M-1 (efectivo en manos del público) para este año, lo que permitirá un crecimiento real del Producto Nacional Bruto (PNB) de entre el 3,5% y el 4%, manteniendo la inflación en este mismo abanico del 3,5% al 4% para el conjunto del año.Volcker aclaró que el banco central norteamericano suministrará liquidez a la economía "de una forma más cautelosa" que en los meses finales del pasado año. Durante el último trimestre del pasado año y ante los temores de parón generalizado de la economía estadounidense, la Reserva Federal inyectó liquidez al sistema de forma importante, abaratando con ello el precio del dinero. Lógicamente, al comprobar este año que la economía sigue creciendo y ante un posible rebrote de la inflación, la política del FED se toma más restrictiva, lo que supondrá la existencia de menos dólares en el sistema y que estos se pagarán más caros en el mercado. En suma, un dólar fuerte y en constante presión sobre el resto de las divisas.

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