Felipe González y Craxi dudan que España ingrese en el Mercado Común el 1 de enero de 1986

Los jefes de los Gobiernos de Italia y de España, Bettino Craxi y Felipe González, reconocieron ayer la posibilidad de que España no ingrese en la CEE en la fecha prevista del 1 de enero de 1986. González afirmó también que España ha llegado ya a los límites de sus posibilidades de negociación. El presidente español añadió que España no piensa romper las negociaciones, sino, simplemente, limitarse a señalar como límite su negativa a aceptar discriminaciones.

Craxi llegó ayer a Madrid a la una de la tarde, después de realizar sendas visitas-relámpago a Londres y Lisboa. El preside...

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Los jefes de los Gobiernos de Italia y de España, Bettino Craxi y Felipe González, reconocieron ayer la posibilidad de que España no ingrese en la CEE en la fecha prevista del 1 de enero de 1986. González afirmó también que España ha llegado ya a los límites de sus posibilidades de negociación. El presidente español añadió que España no piensa romper las negociaciones, sino, simplemente, limitarse a señalar como límite su negativa a aceptar discriminaciones.

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Craxi llegó ayer a Madrid a la una de la tarde, después de realizar sendas visitas-relámpago a Londres y Lisboa. El presidente del Gobierno italiano marchó desde el aeropuerto al palacio de la Zarzuela para cumplimentar al Rey de España. En principio, estaba previsto que su estancia en Madrid fuese tan fugaz como la que realizó a la capital portuguesa y durase apenas cuatro horas. Pero, ya en Madrid, aceptó la invitación que le hizo Felipe González a él y a su esposa para que permanecieran en Madrid hasta la mañana de hoy.González y Craxi celebraron en la Moncloa un almuerzo privado. Posteriormente, los dos jefes de Gobierno mantuvieron unas conversaciones que duraron más de hora y media y a la que asistieron también, por parte española, el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán; el secretario de Estado para las Relaciones con las Comunidades Europeas, Manuel Marín, y el jefe del Departamento de Asuntos Internacionales de Presidencia del Gobierno, Juan Antonio Yáñez. Por parte italiana, acompañaron a Craxi el embajador de Italia en Madrid y varios de sus consejeros políticos y diplornáticos.

Reunión sin resultados

Al final de la reunión, González y Craxi acudieron a la sala de Columnas del palacio de la Moncloa. Primero, el presidente del Gobierno italiano leyó una declaración en la que reiteraba el "fuerte compromiso" con el que su país seguía las negociaciones para el ingreso de España y Portugal en la Comunidad Económica Europea y la "importancia política" que Italia da a este proceso.

"Ahora estamos" añadió, "en los problemas prácticos, que son más dificiles". "Si las dificultades subsisten", agregó, "se puede no alcanzar el éxito en las negociaciones". Craxi reiteró que desea evitar este peligro "para que se pueda llegar al Consejo Europeo de marzo con las decisiones preparadas y definidas".

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González reconoció que su reunión de ayer con Craxi -cuyo país, Italia, ejerce este mes la presidencia de oficio de la CEE- no había servido para desbloquear los problemas con los que se encuentra el proceso negociador hispano-comunitario. El presidente del Gobierno español afirmó que se había recorrido "un largo camino" y se habían "superado capítulos importantes", pero aún quedan otros como agricultura, pesca y asuntos sociales, ante los que la opinión pública española se muestra especialmente sensible.

La discriminación

"España", agregó González, "está en los límites de sus posibilidades negociadoras". "Existen preocupaciones serias de que nop uedan desbloquearse de una fomra equilibrada los capítulos que quedan", añadió. González reiteró el interés político de España por entrar en la CEE, aunque afirmó que este interés político no podía mantenerse ,la cualquier precio económico".

"España", dijo más adelante "no va a romper las negociaciones", aunque sí va a advertir cuál es el "lírnite" que no piensa franquear: "el de la discriminación". Se han aceptado, agregó, unos difíciles períodos transitorios, pero no se admitirá partir desde unas posiciones de discriminación. La oferta hecha por la Comisión de la CEE -que tampoco ha sido aceptada por los Gobiernos de los países miembros- no es un punto intermedio entre las posiciones de España y de los diez, añadió, ya que "está muy lejos de lo que es aceptable para España".

Fue entonces cuando González admitió que una de las consecuencias de que no se llegue a un próximo acuerdo sería la. de no llegar a tiempo de ingresar el 1 de enero de 1986, como estaba previsto en principio. "Este retraso", concluyó, "podría ocasionar que se reabran capítulos que están ya cerrados, lo que, según sugirió, podria acarrear nue vos retrasos en un momento, en el que la CEE "no sólo tiene un com promiso de ampliación, sino un compromiso presupuestario" basado en esta ampliación.

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