España y Marruecos negociarán sus limites marítimos y aéreos en la zona del Estrecho,

España y Marruecos iniciarán en los próximos meses una negociación para definir los límites marítimos y aéreos de cada país en las zonas próximas al estrecho de Gibraltar, según informan fuentes gubernamentales. El ministro de Transportes, Enrique Barón, planteará esta cuestión, según aseguran en su departamento, en la visita oficial que realizará a Marruecos los próximos días 17 y 18. La definición de los límites marítimos puede resultar conflictiva en las zonas de Ceuta y Melilla, islas Chafarinas y Alborán.

La Directiva Nacional de Defensa, aprobada por el Gobierno español el pas...

España y Marruecos iniciarán en los próximos meses una negociación para definir los límites marítimos y aéreos de cada país en las zonas próximas al estrecho de Gibraltar, según informan fuentes gubernamentales. El ministro de Transportes, Enrique Barón, planteará esta cuestión, según aseguran en su departamento, en la visita oficial que realizará a Marruecos los próximos días 17 y 18. La definición de los límites marítimos puede resultar conflictiva en las zonas de Ceuta y Melilla, islas Chafarinas y Alborán.

La Directiva Nacional de Defensa, aprobada por el Gobierno español el pasado mes de julio, incluye entre sus objetivos para los próximos meses la delimitación concreta de los espacios marítimos y aéreos en el sur del Mediterráneo, a la vez que encarga precisamente al Ministerio de Transportes y Comunicaciones la resolución de este problema mediante la negociaciones con los países afectados.En la actualidad, España y otros países limítrofes mantienen diferentes acuerdos o tratados sobre la utilización de espacios marítimos conflictivos. En el caso de los límites con Francia, por ejemplo, España y el país vecino suscribieron hace varios años un acuerdo para dividirse las aguas próximas a la desembocadura del río Bidasoa. En el caso marroquí, España no ha suscrito acuerdos de ese tipo para determinar la soberanía mutua en zonas conflictivas. Uno de los contenciosos más claros es el relativo a las aguas próximas a Ceuta y Melilla, ya que en la zona no hay una división concreta y aceptada por los dos países sobre las aguas que corresponden a uno u otro.

Similar situación existe en torno a las islas Chafarinas, de soberanía española, pero situadas dentro de una bahía marroquí. Hay otros problemas en la zona, como el derivado de la riqueza marítima existente en las inmediaciones de la isla de Alborán. En esas aguas hay bancos de coral, explotados en ocasiones por buques de diversos países -por ejemplo, italianos-, sin que exista una reglamentación sobre la propiedad de la zona.

De 12 a 200 millas

Actualmente, la soberanía marítima de los países incluye el espacio comprendido dentro de las 12 millas contadas desde la costa. Igualmente, y desde la década anterior, la mayoría de los países -incluidos España, Marruecos y Argelia-, establecieron como zonas económicas exclusivas de cada país el espacio comprendido dentro de las 200 millas. Esta medida se adoptó para que no fueran explotados por otros países los bancos de pesca costeros.En el sur del Mediterráneo, los límites de las zonas económicas exclusivas de España y Marruecos son coincidentes y, ya en el estrecho de Gibraltar, coinciden incluso las aguas de soberanía. La zona económica exclusiva derivada de los archipiélagos balear y canario se mezclan, respectivamente, con las zonas exclusivas de Argelia y Marruecos.

Con respecto al propio estrecho de Gibraltar, las principales potencias mundiales establecieron después de finalizar la segunda guerra mundial que ese tipo de pasos podían ser utilizados libremente para la navegación, sin que los países ribereños puedan impedirlo, si bien el paso de submarinos no puede realizarse en inmersión, sino en superficie.

Similares problemas a los marítimos existen con los mismos países con respecto a los espacios aéreos, que también serán negociados por el Ministerio de Transportes español.

Este departamento establecerá negociaciones con Marruecos para reglamentar la utilización, por parte de las aeronaves españolas, del centro de control aéreo de Casablanca, utilizado desde hace años por los aviones españoles que cubren la ruta entre la península y las islas Canarias, si bien este empleo no está sujeto a unas normas muy concretas.