Piotrowski afirma que el ministro del Interior polaco ordenó su detención inmediata
El capitán de la policía Grzegorz Piotrowski, principal acusado del asesinato del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko cometido el pasado 19 de octubre-, afirmó ayer durante la vista del caso que se sigue en la ciudad de Torun que el ministro del Interior, Czeslaw Kiszczak, ordenó personalmente su detención de forma inmediata.
Durante la misma sesión, Piotrowski atacó con virulencia al régimen del general Wojciech Jaruzelski por su "tolerancia" de las actividades políticas de representantes de la Iglesia católica, como el propio Popieluszko. El capitán de la policía había confesado qu...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El capitán de la policía Grzegorz Piotrowski, principal acusado del asesinato del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko cometido el pasado 19 de octubre-, afirmó ayer durante la vista del caso que se sigue en la ciudad de Torun que el ministro del Interior, Czeslaw Kiszczak, ordenó personalmente su detención de forma inmediata.
Durante la misma sesión, Piotrowski atacó con virulencia al régimen del general Wojciech Jaruzelski por su "tolerancia" de las actividades políticas de representantes de la Iglesia católica, como el propio Popieluszko. El capitán de la policía había confesado que cometió el crimen por odio hacia el sacerdote y porla frustración que le producía la imposibilidad de contener sus actividades.Afirmó ayer Piotrowski que el ministro Kiszczak le llamó a su despacho cuatro días después de que el sacerdote fuera asesinado, y le preguntó: "¿Dónde esta el padre Popieluszko?". El capitán añadió: "Cuando no le respondí, me informó de que quedaba arrestado".
En esta segunda jornada de su interrogatorio, el policía afirmó también que el coronel Adam Pietruszka, su superior directo en el Ministerio del Interior, que está acusado de ser el instigador del asesinato, se puso furioso cuando supo que Popieluszko había muerto. Piotrowski explicó, además, su deseo de exonerar de toda responsabilidad a los policías Waldemar Chinielewski y Leslek Pekala, que comparecen con él como coautores del crimen.