Cartas al director

Los premios cinematográficos

Dado que en las declaraciones de la directora general de Cine aparecidas en EL PAIS los días 21 y 28 del presente se hacen alusiones a las asociaciones profesionales en relación con las presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones a proyectos de películas, debo hacer constar:Las irregularidades que este año están suscitando los comentarios de prensa no son nuevas. Transcribo un fragmento de la carta enviada por ADIRCE a Pilar Miró el 22 de marzo de 1984:

"En la última Asamblea de ADIRCE se adoptó unánimemente la decisión de expresar el rechazo de la Asamblea al sistema segu...

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Dado que en las declaraciones de la directora general de Cine aparecidas en EL PAIS los días 21 y 28 del presente se hacen alusiones a las asociaciones profesionales en relación con las presuntas irregularidades en la concesión de subvenciones a proyectos de películas, debo hacer constar:Las irregularidades que este año están suscitando los comentarios de prensa no son nuevas. Transcribo un fragmento de la carta enviada por ADIRCE a Pilar Miró el 22 de marzo de 1984:

"En la última Asamblea de ADIRCE se adoptó unánimemente la decisión de expresar el rechazo de la Asamblea al sistema seguido por esa Dirección General en la concesión de premios de este año y, más concretamente, por la vinculación a las películas premiadas de una serie de personas que formaban parte de la Comisión de Películas Cinematográficas y de la Subcomisión de Valoración Técnica que concedían tales premios. Al margen de la acción legal que cualquier director-realizador u otra persona puedan llevar a cabo, es nuestra obligación manifestarte la firme protesta de ADIRCE ante este asunto.

Por otro lado, creemos que este grave incidente no debe repetirse en el futuro. En nuestro última asamblea se acordó que si ADIRCE es solicitada para enviar integrantes a las citadas comisión y subcomisión nombrará ella misma a compañeros que no tengan relación alguna con los filmes presentados, actitud que se exige de los integrantes de los sectores técnicos y de producción. Consideramos que la comisión o subcomisión de estos premios -al igual por otra parte que todas las comisiones y/o subcomisiones existentes o que puedan formarse- se deben constituir democráticamente y que los profesionalesd que estén en ellas han de ser elegidos por sus compañeros y no simplemente designados por la Administración, como se viene haciendo actualmente, ya que tal sistema invita casi inexorablemente a caer en dirigismos y amiguismos lamentables".

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Sin diálogo previo con ADIRCE -y supongo que tampoco con otras asociaciones profesionales-, el 25 de mayo de 1984, es decir, 11 días después de la orden ministerial de 14 de mayo en que se establecía la composición de la subcomisión de valoración técnica, Pilar Miró envía a ADIRCE un escrito según el cual "en el plazo de un mes a partir de la recepción del presente escrito y en unión de las agrupaciones y asociaciones que al dorso se detallan deberá proceder a presentar en este centro directivo la propuesta conjunta y única de los cinco vocales de la subcomisión de valoración técnica".

Con fecha 4 de junio de 1984, ADIRCE escribe a Pilar Miró una carta informándole de que: "Encontramos una injusta desproporción entre el número de vocales nombrados por esta Administración (siete) y el de vocales elegidos por las agrupaciones profesionales (cinco)". En esa misma carta se hacía constar la protesta por la injusta desproporción entre productores y directores. Pese a lo cual en esa fecha ya había iniciado ADIRCE el contacto con las otras asociaciones.

El 25 de junio de 1984, es decir, dentro del plazo propuesto, las asociaciones profesionales elevan un escrito a Pilar Miró en el que manifiestan: "Encontramos insuficiente el número de cinco vocales en relación con el total de los que integran dicha subcomisión y, asimismo, lo encontramos insuficiente en relación con el número de asociaciones profesionales existentes". "Tampoco nos satisface el sistema de nombramiento al obligar a que la propuesta sea conjunta y única".

Como prueba de que esta obligación no era nada satisfactoria, bastó con que dos miembros de las asociaciones convocadas se negaran a hacer cualquier propuesta de nombres para que no pudiera existir un acuerdo conjunto y único. Tal vez fuera eso lo que la dirección general de Cine deseaba con tal condición, porque pese a que el resto & las asociaciones hicieran ese mismo 25 de junio, y aún con la premura del tiempo marcado, una propuesta conjunta de cinco nombres, la Dirección General de Cine no dio por válida esta propuesta, lo que le permitió nombrar a los profesionales que le apeteció.- Presidente de la Asamblea de Directores-Realizadores Cinematográficos Españoles (ADIRCE).

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