Tribuna:

Una pequeña historia

Voy a contar una pequeña historia. Sucedió una tarde lluviosa, hace unos días. Una aburrida tarde de trabajo, en el periódico, sin más muertos que los previsibles ni mas catástrofes que las habituales. Sonó el teléfono, lo cogí. Era una voz de mujer. Lejana y tímida.-Perdone la interrupción...

Al principio no supe si otorgar mi perdón tan fácilmente: en un periódico se pueden recibir llamadas muy raras, farfulleos insultantes, retahílas obsesivas, pesadísimos y enigmáticos alegatos que te atan al auricular durante media hora, las entendederas hechas polvo y la oreja al rojo vivo. Pero e...

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Voy a contar una pequeña historia. Sucedió una tarde lluviosa, hace unos días. Una aburrida tarde de trabajo, en el periódico, sin más muertos que los previsibles ni mas catástrofes que las habituales. Sonó el teléfono, lo cogí. Era una voz de mujer. Lejana y tímida.-Perdone la interrupción...

Al principio no supe si otorgar mi perdón tan fácilmente: en un periódico se pueden recibir llamadas muy raras, farfulleos insultantes, retahílas obsesivas, pesadísimos y enigmáticos alegatos que te atan al auricular durante media hora, las entendederas hechas polvo y la oreja al rojo vivo. Pero el tono era sereno y la voz cuerda.

-Era por lo de la LODE. Tengo una lista de personas famosas que han sido expulsadas de colegios religiosos. ¿Le interesa?

Hablaba deprisa, muy deprisa, para no robar tiempo: "A Henry de Montherlant le echaron de los jesuitas de Santa Cruz de Neuilly; a Rafael Alberti, de los jesuitas de El Puerto de Santamaría. A Víctor Chamorro, el escritor extremeño, de los jesuitas de Salamanca; a Raventós, de los jesuitas de Sarriá; a Salvador Dalí, de los Hermanos de La Salle; Cela ha dicho que le han echado de varios colegios, pero no me flo mucho; a Blasco Ibáñez, de un colegio de Valencia...". Y así siguió un buen rato, en una lista inmensa, completísima. Al cabo hubo un instante de silencio, un momento de duda. Y luego la voz sin nombre se explicó: "A mí tambien me expulsaron siendo niña, ¿sabe?, me expulsaron las monjas sin motivo. Y no sabe usted lo que suponía ser expulsada en los años cuarenta y en una pequeña ciudad como la mía: todo el mundo te señalaba con el dedo, todos presuponían que habrías hecho algo inmoral y horrible... Lo pasé tan mal, que empecé a reunir datos de personas famosas expulsadas; he ido reuniendo este material durante años. Una tontería, quizá. Una manía defensiva".

Y esto fue todo, aquí acabó el asunto. Ya dije que se trataba de una pequeña historia, apenas una columna de periódico, unos párrafos. Es sólo una menudencia, el relato de un dolor añejo, de una herida que ha durado 30 años.

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