El cadáver del sacerdote Jerzy Popieluszko fue hallado ayer en un embalse al norte de Varsovia

El cadáver del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, de 37 años de edad, y desaparecido el 20 de octubre, fue encontrado ayer a primeras horas de la tarde en el embalse de Wloclawek, en el río Vístula, en una región situada a unos 160 kilómetros al norte de Varsovia, según un comunicado del Ministerio del Interior, que fue hecho público en el telediario de las 19.30 de la televisión polaca. El papa Juan Pablo II fue inmediatamente informado por la jerarquía eclesiástica polaca del descubrimiento del cadáver del malogrado sacerdote

El comunicado del Ministerio del Interior, que luego fue l...

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El cadáver del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, de 37 años de edad, y desaparecido el 20 de octubre, fue encontrado ayer a primeras horas de la tarde en el embalse de Wloclawek, en el río Vístula, en una región situada a unos 160 kilómetros al norte de Varsovia, según un comunicado del Ministerio del Interior, que fue hecho público en el telediario de las 19.30 de la televisión polaca. El papa Juan Pablo II fue inmediatamente informado por la jerarquía eclesiástica polaca del descubrimiento del cadáver del malogrado sacerdote

El comunicado del Ministerio del Interior, que luego fue leído en el noticiario radiofónico de las 20 horas como primera noticia después del parte metereológico, dice textualmente: "El Ministerio del Interior informa que hoy, a última hora de la tarde, como resultado de intensas búsquedas, realizadas por grupos especializados de hombres rana de la policía, fueron encontrados en las aguas del embalse de Wloclawek los restos mortales del padre Jerzy Popieluszko. Los restos fueron transportados al centro de medicina legal, con el objeto de realizar la autopsia. Las autoridades estatales mantienen un contacto permanente con representantes de la dirección del Episcopado de Polonia. Por orden del ministro del Interior prosiguen intensas investigaciones encaminadas fundamentalmente a identificar a los principales instigadores del secuestro y asesinato del padre Popieluszko".La televisión mostró, tras la lectura del comunicado, imágenes en las que se veía a los hombres rana, con lanchas neumáticas, efectuar inmersiones en las aguas del embalse. Las imágenes estaban tomadas a la luz del día, lo que permite suponer que o bien fueron filmadas antes de encontrar el cadáver, o que la versión oficial de que el hallazgo se hizo a "última hora de la tarde" no es exacta, porque a esa hora en Polonia, en esta época del año, es completamente de noche.

La referencia a los contactos entre las autoridades estatales y la dirección del episcopado se interpreta como un mensaje velado dirigido al pueblo polaco para tratar de mantener la calma y esperar a que la jerarquía eclesiástica se pronuncie en un sentido moderador. Tanto el cardenal primado, Josef Glemp, como el líder del sindicato prohibido Solidaridad, Lech Walesa, apelaron en sus intervenciones del pasado domingo, en la catedral de Varsovia y en la iglesia de Santa Brígida de Gdansk, respectivamente, a la moderación y a la capacidad del pueblo polaco para no caer en la provocación.

Según Walesa el crimen contra Popieluzskio es una provocación dirigida contra todos los polacos, desde el más humilde, hasta el primer ministro, general Wojciech Jaruzelski.

Confesión rectificada

El hallazago del cadáver del sacerdote, desaparecido el pasado día 20, confirma la versión de lo ocurrido dada por los dos tenientes del Ministerio del Interior detenidos, que confesaron haber arrojado el cuerpo al embalse de Woclawek. En contra de esta versión, el principal sospechoso del asesinato, el capitán Jrzejorz Piotroski, había confesado que arrojó al sacerdote al río Vístula cerca del lugar del secuestro, en la ciudad de Torun, que se encuentra unos 50 kilómetros al norte del embalse donde apareció el cadáver.La noticia del hallazgo puso fin a un día lleno de informaciones confusas, especulaciones y rumores. El portavoz del Gobierno polaco, ministro Jerzy Urban, había anunciado en una conferencia de Prensa, en Varsovia, que el principal acusado del asesinato del sacerdote, rectificó su confesión inicial y ahora asegura que "abandonó a Popieluszko cuando este tenía posibilidades de sobrevivir", sin más precisiones.

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Los nombres de los presuntos asesinos del sacerdote fueron facilitados en una alocución televisiva el pasado sábado por el ministro del Interior, general Czeslaw Kiszczak. Se trata de tres funcionarios del Ministerio del Interior. El matemático de 33 años Grzegorz Piotrowski, que tiene rango de capitán, llevaba nueve años en el servicio y estaba al frente de un departamento en el ministerio, cuya precisa identificación no ha sido dada a conocer. El portavoz Urban contestó con la frase "no puedo decirlo" a una pregunta que se le formuló a ese respecto.

El portavoz se limitó a informar que el presunto asesino procede de Lodz, donde trabajó anteriormente, y añadió que su padre se llama Wladyslaw. Los otros dos implicados son Leszek Pekala, de 32 años de edad y siete de servicio, y especialista en electrónica con el grado de teniente. El tercer acusado, también teniente, Waldeman Chmielewski, de 29 años, y siete de servicio, tiene estudios superiores, pero el portavoz Urban se negó a especificar de qué especialidad.

En el comunicado del Ministerio del Interior llama la atención la referencia a que continúan las investigaciones para encontrar a los eventuales instigadores que están detrás de los detenidos. En Polonia, no se excluye la posibilidad de que funcionarios de rango no muy alto hayan tomado por su propia cuenta la iniciativa de asesinar al sacerdote, que era una de las figuras más populares de la oposición al régimen.

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