Los calabreses aplauden al Papa y silban a sus políticos

Con silbidos a sus autoridades y aplausos fervientes al Papa acogió ayer Catanzaro la llegada de Juan Pablo II a la capital administrativa de Calabria dentro de su viaje a la región más pobre de Italia. El Pontífice, que ayer pidió a los habitantes de la zona que luchasen contra la Mafia, agradeció a los calabreses la fe con que "lo acogen, escuchan y soportan", y recalcó que viene como "peregrino del Evangelio", pero también "para conocer sus problemas".

Para que el Papa estuviese informado, no faltó toda una traca informativa en la que los medios de comunicación calabreses critica...

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Con silbidos a sus autoridades y aplausos fervientes al Papa acogió ayer Catanzaro la llegada de Juan Pablo II a la capital administrativa de Calabria dentro de su viaje a la región más pobre de Italia. El Pontífice, que ayer pidió a los habitantes de la zona que luchasen contra la Mafia, agradeció a los calabreses la fe con que "lo acogen, escuchan y soportan", y recalcó que viene como "peregrino del Evangelio", pero también "para conocer sus problemas".

Para que el Papa estuviese informado, no faltó toda una traca informativa en la que los medios de comunicación calabreses criticaron duramente a sus autoridades regionales y locales, a las que responsabilizan en parte de los males que les aquejan. "Querido Papa: no bendigas a estos incapaces", titulaba el semanario calabrés Noisud en primera página, sobre una foto del Papa bendiciendo a la multitud.

El Papa, que ayer habló duramente, sin citarla, contra la Mafia (en lenguaje calabrés, N'Drangheta) e invitó a romper el silencio cómplice de la población, dedicó hoy su intervención civil a la cuestión meridional y, en concreto, a la calabresa.

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