La larga crisis de HYTASA

Empresa símbolo de la encrucijada económica e industrial de Andalucía, HYTASA se ha constituido en los últimos meses en uno de los principales quebraderos de cabeza del Gobierno autónomo andaluz. Manifestaciones por su salvación se suceden en la ciudad paralelamente a unas conversaciones de las que cada vez se desprende menos optimismo. La posibilidad de que la fábrica textil quede reducida a una desmotadora al servicio de la industria catalana del ramo es casi una realidad. Cierta fobia anticatalanista y desconfianza en el Gobierno autónomo parecen ser las consecuencias a corto plazo de esta ...

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Empresa símbolo de la encrucijada económica e industrial de Andalucía, HYTASA se ha constituido en los últimos meses en uno de los principales quebraderos de cabeza del Gobierno autónomo andaluz. Manifestaciones por su salvación se suceden en la ciudad paralelamente a unas conversaciones de las que cada vez se desprende menos optimismo. La posibilidad de que la fábrica textil quede reducida a una desmotadora al servicio de la industria catalana del ramo es casi una realidad. Cierta fobia anticatalanista y desconfianza en el Gobierno autónomo parecen ser las consecuencias a corto plazo de esta larga crisis.

Rentable tiempo atrás, HYTASA comenzó a ir mal, hasta ser incautada y pasar al Patrimonio del Estado. Las sucesivas gerencias realizan una labor desafortunada y se entra en un progresivo endeudamiento y en continuas pérdidas. Llega a perder el mercado de las nuevas modas y su situación se hace casi Insostenible. Un primer plan de salvación no funciona, y con el cambio político se constituye un comité que controla las tres empresas textiles de propiedad estatal: HYTASA, Intelhorce (de Málaga, también en problemas, aunque parece que en mejores vías de solución) y la catalana Gossypium. Al frente del comité se coloca al ex gerente de esta última. Ahora, miembros del comité de empresa han discutido en Madrid con el Patrimonio del Estado para evitar lo que es ya la más clara determinación de este organismo: salvar la desmotadora, primera fase de la producción, y que nunca ha tenido pérdidas, y cerrar prácticamente el resto. Así, HYTASA, enclavada junto a la zona de mayor producción algodonera de España, la Vega del Guadalquivir, quedaría como una empresa útil para preparar el algodón y mandarlo a las fábricas textiles catalanas. El aval que en el último Consejo de Ministros concedió el Gobierno, 2.200 millones, sólo sirve para comprar el algodón y no detener la producción de este año, pero no asegura el reflotamiento de la empresa, para lo que se necesitarían cuando menos 8.000 millones. Las pérdidas de HYTASA son un secreto bien guardado, pero fuentes solventes han hablado de 6.000 millones al año.

Credibilidad política

Las condiciones especiales que rodean esta crisis hacen que pueda derivar en un problema de imagen política para el Gobierno autónomo, y sobre todo de credibilidad de las instituciones de autogobierno. Su consejero de Economía, Julio Rodríguez, se comprometió ante el Parlamento andaluz a apoyar la supervivencia de HYTASA, transmitió las peticiones del comité de empresa y ha peleado intensamente por ella. Sin embargo, los resultados no parecen positivos. Él mismo comentó en declaraciones realizadas en Málaga la semana pasada que lo de Intelhorce está mejor que lo de HYTASA", lo que en la capital andaluza fue traducido, quizá con acierto, como que HYTASA estaba perdida. Paralelamente, antes de iniciar esta ronda de conversaciones, el director general del Patrimonio, Javier del Moral, anunció públicamente que sólo hablaría con el comité de empresa, sin presencia de representantes de la Junta, que, a través de su Instituto de Promoción Industrial (IPI), apoyaba en anteriores conversaciones los argumentos del comité. Sin embargo, Julio Rodríguez ha considerado inaceptable la propuesta sobre HYTASA recibida en su departamento y procedente de la Coordinación de Empresas Textiles de la Dirección General de Patrimonio. La propuesta consiste en la separación del desmotado de algodón, creación de una empresa adicional, cierre de la sección lanera y despido de unos 800 trabajadores.

La Consejería de Economía estima que la propuesta es inaceptable por implicar el desmantelamiento de la fábrica y por estimar que HYTASA puede ser viable en su actual estructura de empresa integrada. Por este motivo, la Consejería va a solicitar del Ministerio de Economía y Hacienda un plan de actuación para la sociedad y un redimensionamiento mínimo de su plantilla, al tiempo que propondrá que se generen puestos de trabajo alternativos ante una eventual reducción de puestos de trabajo en la empresa. Julio Rodríguez expresó los pasados días en comisión parlamentaria su oposición al plan propuesto por Patrimonio, y reiteró el propósito de su departamento de apostar por su viabilidad. Los grupos de la oposición expresaron su preocupación por lo que de desgaste de credibilidad de las instituciones autonómicas pudiera tener un desenlace negativo de la crisis de HYTASA. Julio Rodríguez afirmó que, para Hacienda la cuestión esa reducir el déficit público.

La falta de celo para salvar HYTASA es interpretada como un sacrificio más a que se obliga a la industria andaluza en beneficio de la de otro punto de España, en este caso Cataluña, y da lugar a numerosas declaraciones anticatalanistas.

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