Los obispos piden solidaridad ante la crisis socioeconómica

Los empresarios tienen la obligación moral de invertir y los trabajadores pluriempleados deben renunciar a uno de sus puestos de trabajo para ayudar a los parados. Estas afirmaciones están contenidas en un documento de 23 páginas sobre Crisis económica y responsabilidad moral, elaborado por la comisión episcopal de Pastoral Social y presentado ayer por el secretario de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Sebastián, y el de la propia comisión redactora, Felipe Duque. El texto, en el que se dice que "España es hoy más pobre que hace diez años, en una proporción aproximada al 20%", está f...

Los empresarios tienen la obligación moral de invertir y los trabajadores pluriempleados deben renunciar a uno de sus puestos de trabajo para ayudar a los parados. Estas afirmaciones están contenidas en un documento de 23 páginas sobre Crisis económica y responsabilidad moral, elaborado por la comisión episcopal de Pastoral Social y presentado ayer por el secretario de la Conferencia Episcopal Española, Fernando Sebastián, y el de la propia comisión redactora, Felipe Duque. El texto, en el que se dice que "España es hoy más pobre que hace diez años, en una proporción aproximada al 20%", está firmado, por los obispos de Canarias, Huelva, Vich, Barbastro, auxiliar de Madrid (Alberto Iniesta) y arzobispo emérito de Tarragona, José Pont.

Los obispos declaran que "la crisis económica actual que padecemos y sus efectos deshumanizadores constituyen el fenómeno social y humano más grave que amenaza la calidad moral de nuestra convivencia y hasta el futuro democrático de España". En el texto se invita a una toma de conciencia y a un cambio de actitudes por parte de partidos políticos, Gobierno y ciudadanos.El secretario ejecutivo de la Comisión de Pastoral, Felipe Duque, dijo durante la presentación del documento que la crisis es "un drama nacional" ante el cual "tienen que reaccionar todas las fuerzas sociales". "Si no se ataja la crisis puede convertirse en un elemento desestabilizador".

Los obispos ponen de relieve "la existencia de más de 2.500.000 personas en paro involuntario; cerca de un millón en búsqueda del primer empleo y sin encontrar un sitio en la sociedad y en la vida; 450.000 ancianos que viven en la más absoluta pobreza; casi 2.000.000 de familias campesinas que se han ido empobreciendo; la existencia de zonas o ciudades enteras que, por imperativo de la reconversión industrial, se ven abocadas a una muerte económica lenta, como Sagunto, Cádiz, Vigo y El Ferrol, y el elevado déficit público, que está siendo ya muy superior al billón de pesetas".

Obligaciones morales

Tras indicar que se debe acabar con las posturas que achacan a los demás las responsabilidades -y las que ignoran la crisis o la trasladan al Estado- el documento invita a la creación de empleo y a la obligación moral de invertir. Se subraya la obligación moral de elaborar una política redistributiva del trabajo más justa, que comienza por eliminar el pluriempleo y las horas extraordinarias, salvo en casos excepcionales previstos en la legislación.El documento de los obispos se refiere a los inversores con las siguientes palabras: "Dejadnos deciros que tenéis una seria obligación moral de invertir, pues hoy cobra plena actualidad aquefla exhortación de hace 30 años: quienes pueden invertir capital consideren, en vista del bien común, si pueden conciliar con su conciencia el no hacer tales inversiones y retirarse por vana cautela".

Los obispos recuerdan al Gobierno el compromiso de su programa económico, en el que se decía "que la inversión privada pueda ser la determinante en el volumen de la creación de empleo, y de que para ello se propondrá un plan concertado que elimine incertidumbres de tipo institucional y de política económica".

En el texto divulgado ayer se invita a la redistribución justa del trabajo y de la renta: "La ética más elemental dice que urge un reparto más equitativo de la renta nacional entre quienes tienen trabajo y quienes están en paro". Los autores del texto reconocen que el propio Estado no puede cumplir con la obligación moral de prestar un subsidio de desempleo a todos los sin trabajo, mientras en España existen bolsas de fraude fiscal y socio-laboral que en 1984 superan el billón largo de pesetas.

Los obispos consideran "sencillamente escandaloso el tener que oír de las autoridades gubernativas que todavía en nuestro país uno de cada cuatro ciudadanos con obligación de tributar por el impuesto sobre la renta no declara a Hacienda", y reconocen que "es posible que la propia Iglesia y su magisterio social tengan su parte de responsabilidad en que todavía hoy exista en España una conciencia fiscal excesivamente laxa".

Lucha eficaz

El texto episcopal exhorta también a luchar eficazmente por eliminar el ingente fraude a la Seguridad Social y propone a este respecto como criterios éticos fundamentales el reparto justo de los costos sociales. También se exige la solidaridad efectiva con los parados y pensionistas, la negociación legal y honesta, y la participación real en la política económica por parte de todas las fuerzas sociales, siendo los sindicatos auténticos representantes de los trabajadores y no de los grupos políticos.Sobre la negociación salarial, el documento episcopal precisa que "cuando existen millones de personas en paro o que son pensionistas y que no pueden ejercer su derecho al trabajo, a un subsidio de paro y a pensiones dignas, parece injusto, por insolidario, provocar huelgas tendenetes solo a conseguir mayores salarios para los que tienen trabajo y que agravan aún más la situación de los parados y los jubiladios".

Finalmente, los obispos se comprometen a fomentar una escala de valores en la que el ser más prevalezca sobre el tener más, y a seguir predicando la esperanza cristiana. Se compremeten al apoyo moral a todas las medidas que tienden a resolver la crisis económica y a iluminar desde el Evangelio y la reflexión ético moral sobre distintas realidades.