Cartas al director

Lengua, técnica y emigración

¡Enhorabuena!. Las inversiones extranjeras en España son importantes, sobre todo en el campo de la informática. Según los periódicos, la economía española puede recuperarse a medio plazo. La liengua, no. La lengua se degrada. EL PAÍS da la noticia de que pronto vamos a fabricar chips. Reconozco que "circuito integrado" es largo de pronunciar y, desde luego, menos sugestivo que chips. EL PAÍS justifica el término inglés por su uso generalizado (para designar una determinada forma de patatas fritas, como todo el mudo sabe). Lo que no dice EL PAÍS es que otras naciones, celos...

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¡Enhorabuena!. Las inversiones extranjeras en España son importantes, sobre todo en el campo de la informática. Según los periódicos, la economía española puede recuperarse a medio plazo. La liengua, no. La lengua se degrada. EL PAÍS da la noticia de que pronto vamos a fabricar chips. Reconozco que "circuito integrado" es largo de pronunciar y, desde luego, menos sugestivo que chips. EL PAÍS justifica el término inglés por su uso generalizado (para designar una determinada forma de patatas fritas, como todo el mudo sabe). Lo que no dice EL PAÍS es que otras naciones, celosas de su independencia lingüística, han inventado su propio término para designar el chip. En Francia, por ejemplo, se dice puce (pulga), que también es sugestivo y corto. EL PAÍS, que tanta influencia tiene en la creación de lenguaje, podría decidirse por volver a un buen castellano, liberado de los papanatismos de los últimos años. Tiene para ello colaboradores capaces de inventar traducciones para los términos más intraducibles y otros que demuestran diariamente su respeto a la sintaxis, al sentido común y a la lógica de la comunicación. A los maltratados maestros encargados en el extranjero de mantener la lengua y la cultura españolas entre los emigrantes nos da pena oír el castellano que a veces se habla en España, plagado de anglicismos más o menos técnicos, giros extranjeros, burdos regionalismos, incontables vulgarismos, corrientes solecismos, muletillas, frases hechas, lugares comunes, faltas de lógica y otros disparates que por doquier le crecen. No es necesario emigrar para olvidar el buen uso de su propia lengua. "Yo conocí en Madrid una duquesa / que aprendió a estornudar a la francesa", escribió el padre Isla hace algo más de dos siglos.-

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