Ceremonia de la confusión

Mientras el señor Morán, ministro de Asuntos Exteriores, declara a una revista que "hay que abandonar el comité militar" de la OTAN, este mismo comité visita España muy satísfecho, como es de protocolo con el país vecino de aquel en que va a celebrar una reunión. Y el ministro de Defensa, Narcís Serra, recibe a los miembros del comité, departe con ellos y se niega a comentar las declaraciones de su colega.Por otra parte, Felipe González, presidente del Gobierno y secretario del partido, preside la ejecutiva del PSOE, que analiza los resultados de los congresos provinciales. La comisión, se dic...

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Mientras el señor Morán, ministro de Asuntos Exteriores, declara a una revista que "hay que abandonar el comité militar" de la OTAN, este mismo comité visita España muy satísfecho, como es de protocolo con el país vecino de aquel en que va a celebrar una reunión. Y el ministro de Defensa, Narcís Serra, recibe a los miembros del comité, departe con ellos y se niega a comentar las declaraciones de su colega.Por otra parte, Felipe González, presidente del Gobierno y secretario del partido, preside la ejecutiva del PSOE, que analiza los resultados de los congresos provinciales. La comisión, se dice, "ha aparcado su pronunciamiento". También se apunta que los miembros del Gobierno se pronuncian individualmente sobre la OTAN. Pero la secretaria de organización, Carmen García Bloise, declara a un diario. que el partido hará campaña a favor o en contra de la OTAN, según lo que consiga el Gobierno en sus negociaciones.

A estas alturas no cabe duda de que la promesa de convocar un referéndum fue imprudente y que el Gobierno es la primera víctima. Hay que reconocer, sin embargo, que, vistas las cosas desde dentro, el Gobierno ha sabido hacer frente a lasituación y obrar como ha creídoque convenía a los intereses del país. Y la observación de los hechos permite deducir claramente que está convencido de que la permanencia en la Alianza Atlántica es mejor para España que la salida de la organización. Pero esa convicción, acaso por falta de arrestos en el conjunto de los ministros, acaso por falta de convicción o división entre ellos, no ha calado en la militancia del partido, ni en sus propios dirigentes. Y, así las cosas lo que parece partidistamente más oportuno es subrayar que los socialistas pueden estar en favor o en contra de la permanencia en la OTAN. (...)

Acaso la ceremonia de la confusión tenga por objeto mostrar que todos los socialistas pueden pensar lo que quieran, mientras el Gobierno hace lo que debe. Sin embargo, se diría que hay un exceso de confusión en la ceremonia, y que a cada declaración la confusión aumenta. Si, como ha dicho Felipe González, el "Gobierno tiene una palabra que decir y la dirá", ¿no sería mejor que los demás esperaran a conocer esa palabra, ministros incluidos? 15 de septiembre

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