La caída demográfica obliga a Bélgica a primar la prolongación del servicio militar

La situación demográfica -con una reducción del número de jóvenes en edad de prestar el servicio militar- está obligando al Gobierno belga, al igual que el de la República Federal de Alemania (RFA), a ofrecer mayores atractivos a los que deciden ampliar dicho servicio obligatorio.Así, los milicianos belgas de la quinta de 1985 tendrán la posibilidad de prolongar su servicio militar en tres meses a cambio de contrapartidas económicas. Bélgica, con un total de 94.717 hombres y mujeres bajo filas, cuenta con 32.160 soldados bajo servicio militar obligatorio de 8 o 10 meses de duración, según sean...

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La situación demográfica -con una reducción del número de jóvenes en edad de prestar el servicio militar- está obligando al Gobierno belga, al igual que el de la República Federal de Alemania (RFA), a ofrecer mayores atractivos a los que deciden ampliar dicho servicio obligatorio.Así, los milicianos belgas de la quinta de 1985 tendrán la posibilidad de prolongar su servicio militar en tres meses a cambio de contrapartidas económicas. Bélgica, con un total de 94.717 hombres y mujeres bajo filas, cuenta con 32.160 soldados bajo servicio militar obligatorio de 8 o 10 meses de duración, según sean o no destinados a unidades destinadas a territorio de la RFA.

Los milicianos que decidan ampliar en tres meses el tiempo de su servicio militar recibirán el doble de la paga normal, a saber, 150 francos (420 pesetas diarias) durante los seis primeros meses y 200 francos diarios durante el resto del tiempo prestado. Además de esta paga, recibirán durante los tres meses de prolongación voluntaria una prima de 12.300 francos (34.400 pesetas) mensuales, es decir, un total equivalente a 51.200 pesetas al mes. Luego podrán prolongar su estancia en el servicio militar durante tres meses más, con una paga neta de 56.000 pesetas mensuales. A su salida tendrán garantizado el seguro de desempleo.

Los soldados que decidan prolongar su servicio no serán considerados como voluntarios de carrera, cuyo número no se verá reducido. En cualquier caso, la oferta señalada sólo se aplicará a un máximo de 8.000 personas al año.

El sistema propuesto es sólo temporal, ya que el Gobierno está estudiando una revisión de la legislación en materia de servicio militar que por motivos técnicos y políticos se demorará dos o tres años.

Bélgica no es el único país en el que la política de defensa se ve afectada por este tipo de problemas demográficos. En la RFA, con una población estancada o incluso en disminución, se da una situación similar. El Gobierno de Bonn está estudiando la posibilidad de ampliar el tiempo de servicio militar obligatorio, abrir la profesión militar a más mujeres y hacer uso de más civiles en algunos cargos para conservar su actual nivel de efectivos.

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