Cartas al director

La 'teología de la liberación'

Ante la crisis que aflige al mundo en la hora actual -crisis política y cultural, pero fundamentalmente de supervivencia para más de la mitad de la humanidad, que vive y muere en el Tercer Mundo-, nos dirigimos a los responsables de la Iglesia Católica. El fenómeno central de nuestra época es la fosa, siempre creciente, entre los países ricos y los países pobres, y la riqueza de los ricos es la causa de la pobreza de los pobres. Por esto, en el Tercer Mundo empobrecido ha nacido un pensamiento teológico que torna conciencia de esta misería e intenta dar a las masas populares la esperanza de co...

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Ante la crisis que aflige al mundo en la hora actual -crisis política y cultural, pero fundamentalmente de supervivencia para más de la mitad de la humanidad, que vive y muere en el Tercer Mundo-, nos dirigimos a los responsables de la Iglesia Católica. El fenómeno central de nuestra época es la fosa, siempre creciente, entre los países ricos y los países pobres, y la riqueza de los ricos es la causa de la pobreza de los pobres. Por esto, en el Tercer Mundo empobrecido ha nacido un pensamiento teológico que torna conciencia de esta misería e intenta dar a las masas populares la esperanza de conseguir un día su liberación. Esta teología es un testimonio de lucha por la justicia y por la dignidad humana en un mundo injusto y que se acerca cada vez más a una guerra nuclear.Las restricciones de la Congregación para la Doctrina de la Fe a esta teología nos preocupan porque podrían hacer creer a las grarides mayorías empobrecidas que la Iglesia se inclina del lado de los ricos, y porque puede privar a teólogos y pensadores de la necesaria libertad que necesitan en su comutnidad de origen, la Iglesia. Tememos que con ese documento se produzcan nuevas fracturas, divisíones y contradicciones; tememos que escandalice a los trabajadores, a los campesinos y a las masas sin trabajo en los países ricos, y sobre todo del Tercer Mundo, frustrando sus justas aspiraciones en lugar de solidarizarse con ellas. Pedimos, pues, que sea suspendida esta medida de la Congregacíón, y que,el estudio de esta cuestión sea transferido a las Iglesias locales del Tercer Mundo, que vi-

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ven y padecen los efectos de la crisis actual de una manera muy particular. Esto permitiría a la Iglesia ser signo de amor y de unidad en un mundo sombrío, en lugar de aumentar los sufrimientos y las angustias de los pobres.- profesor de Teología de Tubinga y 400 firmas más de teólogos e intelectuales europeos.

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