Reagan, designado candidato republicano a la presidencia de EE UU, critica la separación entre religión y política

El presidente Ronald Wilson Reagan, designado en la noche del miércoles (madrugada de ayer, hora española) candidato oficial republicano para un segundo mandato en la Casa Blanca, rechazó en Dalias la disociación entre religión y política, hasta extremos que constituyen un desafío para el principio constitucional norteamericano de separación entre el Estado y la Iglesia. El líder conservador vaticinó que "tras esta convención, el Partido Republicano se convertirá en el partido de América", al mismo tiempo en que los 2.235 delegados que participaron en su elección aclamaban su nombre, mezclado ...

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El presidente Ronald Wilson Reagan, designado en la noche del miércoles (madrugada de ayer, hora española) candidato oficial republicano para un segundo mandato en la Casa Blanca, rechazó en Dalias la disociación entre religión y política, hasta extremos que constituyen un desafío para el principio constitucional norteamericano de separación entre el Estado y la Iglesia. El líder conservador vaticinó que "tras esta convención, el Partido Republicano se convertirá en el partido de América", al mismo tiempo en que los 2.235 delegados que participaron en su elección aclamaban su nombre, mezclado con gritos de "USA, USA", en un clima de euforia que debía alcanzar su zénit en la noche de ayer (madrugada de hoy, hora española) cuando el presidente pronunciara su discurso de aceptación de la candidatura.

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Reagan vio por televisión, desde la habitación de su hotel, cómo todos los congregados le daban su voto, con sólo dos excepciones: un voto fue a parar a la embajadora ante la ONU, Jeane Kirkpatrick, y otro al congresista neoyorquino Jack Kemp, que tiene aspiraciones presidenciales para 1988. Aunque este resultado estaba más que previsto, las compacta masa de bombines de colores, pegatinas patrióticas y banderitas norteamericanas se alzó en delirio, cuando la delegación de Missouri dio al tándem Reagan-Bush la mayoría absoluta. Era la primera vez en la historia del partido que el candidato a presidente y el aspirante a la vicepresidencia resultaban elegidos en una misma votación.El candidato presidencial aprovechó otra parte de la jornada para pulir su discurso de aceptación y también para atacar duramente a los tribunales norteamericanos que, por respeto a la Constitución, proscriben la oración en las escuelas públicas. "La verdad, manfestó a continuación Reagan (protestante presbiteriano) es que, siendo la religión el fundamento de la moral, religión y política están necesariamente relacionadas". "Nuestro Gobierno, añadió, necesita de la Iglesia, porque sólo el que es suficientemente humilde como para reconocer sus pecados puede aportar a la democracia la tolerancia que ésta necesita para sobrevivir". "Sin Dios, concluyó, no hay virtud. Sin Dios, la democracia no perdurará".

'El extremismo no es vicio'

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Las frases del presidente, partidario de que se enmiende la Constitución y se introduzca la oración en las escuelas, puede encender una primera polémica electoral, a la que los republicanos se lanzan con un talante agresivo y con propuestas extremas. Dio prueba de estas dos actitudes el senador Barry Goldwater, cuya intervención previa a la votación, puso de manifiesto la profunda transformación que ha experimentado la convención republicana durante la era Reagan.

"El extremismo en la defensa de la libertad no es un vicio", dijo Goldwater -conocido como Mr. Conservador- repitiendo la misma frase de su discurso de aceptación de 1964, que dividió al país y condujo a los republicanos a una estrepitosa derrota. Pero los tiempos han cambiado, y el senador de Arizona pudo comprobar ayer como la convención prestaba una acogida favorable a sus palabras.

En justa correspondencia con el tono del orador, fueron incluso más clamorosas las ovaciones que despertaron los agrios ataques lanzados por Goldwater contra la candidatura demócrata. El viejo republicano acusó al partido de la oposición de haber sumido a América en todos los grandes conflictos de este siglo, desde las guerras mundiales hasta el Vietnam, y afirmó que los demócratas "han ignorado siempre las esperanzas y aspiraciones del pueblo libre".

Refiriéndose a la reciente convención que designó a Walter Mondale candidato a la presidencia, Goldwater aseguró que, en su opinión, lo peor de los demócratas es que "hablan con mas simpatía de los soviéticos que de nuestros propios servicios militares".

Su intervención no resultó extrema en el marco de Dallas, donde el gobernador de California, George Dukemejian, presentador del candidato Bush, proclamó que. "no tenemos miedo, no estamos asustados", y el senador de origen vasco Paul Laxalt, que presentó la candidatura de Ronald Reagan, afirmó que "tras una serie sin precedentes de fracasos en política exterior y nacional, el presidente Carter y su vicepresidente Walter Mondale pusieron a esta nación de rodillas".

"Espero que me oigan en Managua, La Habana y Moscú: independientemente de lo que quieran hacer los demócratas liberales, nuestro presidente y nuestro partido nunca abandonarán a los luchadores por la libertad en las colinas de Nicaragua", añadió Laxalt. En otra parte de su discurso, recordó el atentado sufrido por Reagan en 1981 con la siguiente frase: "el corazón de América se paró, pero no el suyo". Maureen, la hija disidente del presidente, acudió en ese momento a confortar a su madre, Nancy, que se encontraba en la sala.

La única réplica reseñable a los líderes republicanos se dio de puertas afuera, en las calles de Dallas, donde un centenar de manifestantes fueron detenidos "porque armaban camorra", según explicó la policía. En otro orden de cosas, la ciudad petrolera del sur de EE UU registró ayer otro incidente para la historia: un incendio destruyó casi por completo el edificio desde el que Lee Harvey Oswald disparó contra el presidente John F. Kennedy, en 1963. El inmueble estaba situado en la zona más centrica de Dallas, muy cerca de donde se celebra la convención demócrata.

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