Las parejas españolas prefieren la vasectomía como método de esterilización

La vasectomía, considerada hasta hace poco como una amputación, se ha convertido en uno de los métodos anticonceptivos preferidos por los españoles. El número de vasectomías supera al de ligaduras de trompas, en parte por su precio considerablemente inferior (25.000 pesetas), en parte por la sencillez de la operación (no dura más de 20 minutos y sólo requiere anestesia local).

"Yo prefiero la vasectomía a sacarme una muela porque la vasectomía es una cosa sencilla, y con el. dentista he salido mareado, medio desmayado". P. M., madrileño de 44 años, es uno de los miles de hombres que se ...

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La vasectomía, considerada hasta hace poco como una amputación, se ha convertido en uno de los métodos anticonceptivos preferidos por los españoles. El número de vasectomías supera al de ligaduras de trompas, en parte por su precio considerablemente inferior (25.000 pesetas), en parte por la sencillez de la operación (no dura más de 20 minutos y sólo requiere anestesia local).

"Yo prefiero la vasectomía a sacarme una muela porque la vasectomía es una cosa sencilla, y con el. dentista he salido mareado, medio desmayado". P. M., madrileño de 44 años, es uno de los miles de hombres que se han esterilizado en España, método anticonceptivo cuya seguridad alcanza el ciento por ciento. Muchos siguen considerando la vasectomía y la ligadura de trompas amputaciones, y como tales su práctica no fue despenalizada por las Cortes hasta mayo de 1983.Según el doctor Mario Pérez Blanco, responsable de un centro de planificación familiar, se hacen cinco vasectomías por cada ligadura de trompas. Antes de su legalización, la operación podía reportar hasta 20 años de prisión mayor al médico que la realizase.

"Y es que hay una cosa que tengo clara", continúa diciendo P. M., "que yo sé qué es una vasectomía. Y sé que no se pierde la virilidad. Además, no tiene ningún problema. Y luego hay una serie de satisfacciones. Las relaciones sexuales son mucho mujeres, más plenas. Ya no estás preocupado porque pueda venir otro chaval".

El miedo masculino a la disminución de la virilidad sigue siendo frecuente. Con la vasectomía se produce un efecto multiplicador: cuando un hombre se opera, en bastantes ocasiones sus amigos y compañeros de trabajo rápidamente le imitan. Esto se explica porque los hombres no dan el paso definitivo, en parte por temor a posibles efectos secundarios, hasta que comprueban previamente tales efectos en amigos o parientes ya intervenidos.

Según una encuesta realizada en el centro de plianificación familiar Instituto de Medicina Social de Madrid, el 57,66% de los hombres vasectomizados en este centro se informaron por parientes o amigos vasectomizados, el 24,10% a través de campañas de difusión y sólo el 18,24% lo hicieron por indicación médica. "Yo fui el primero", dice P. M., "de los cuatro amigos que nos hemos esterilizado". A este madrileño los médicos le envían a los hombres que se plantean la operación y tienen reticencias. "Yo no intento convencer a nadie de nada", explica, "pero les explico y les dejo muy claro que no existe ningún problema sexual y que, incluso, se funciona mejor".

Tras la operación, ninguno de los hombres encuestados se arrepintió. Sin embargo, el 10,24% experimentó temor a la impotencia, un 7,29% miedo a padecer enfermedades genitales, un 5,83% depresión, un 3,64% sentimiento de castración, un 1,47% angustia y un 1,47% ansiedad. Esto supone que el 21,16% sufrió alguno de estos estados, no reflejando nada el 79,84% restante. A pesar de esto, el número de vasectomías es muy superior al de Iigaduras de trompas realizadas voluntariamente, sin indicación médica.

Los motivos principales que llevan a los hombres y mujeres a pedir la esterilización son, entre otros, el número excesivo de hijos, la imposibilidad de usar otro método anticonceptivo eficaz, la situación socioeconómica, la falta de perspectivas para los hijos, o para mejorar su sexualidad al perder el miedo al embarazo.

La Organización Mundial de la Salud recomienda no realizar la esterilización a personas menores de 30 años y que no tengan, por lo menos, un hijo de cinco años. En España, cada. centro sigue sus propias normas, pues no existe ningún tipo de regulación. Por ello tampoco se puede dar una cifra exacta del número de vasectomías y ligaduras de trompas realizadas en España desde que se despenalizó en mayo de 1983.

En los hospitales de la Seguridad Social se realiza un mayor número de ligaduras de trompas, que sólo se hacen por indicación médica. Existe tanta demanda que una mujer que pide ahora la operación será citada hacia febrero o marzo del próximo año.

La ligadura de trompas cuesta alrededor de 60.000 pesetas, incluyendo la estancia en la clínica. La operación de vasectomía es considerablemente, más barata, no supera las 25.000 pesetas. Esta última es mucho más sencilla, el hombre no tiene que ingresar en la clínica y se realiza con anestesia local. Las parejas que habitualmente piden la esterilización tienen entre 30 y 40 años, dos o tres hijos y ya han utilizado otros medios anticonceptivos.

Reacción femenina

"La reacción entre las mujeres al saber que un hombre se ha hecho la vasectomía es muy positiva. Te idealizan un poco, porque eres como un pionero y tomas el relevo de la mujer en la anticoncepción".P. M tiene una hija de 15 años y hace cuatro que se esterilizó. "Podríamos haber tenido otro hijo, pero a los dos años de nacer la niña me condenaron a ocho años de cárcel. Salí amnistiado en 1976. Cuando me liberaron, mi mujer y yo teníamos una edad (cerca de 40) en que hay que pensarse mucho tener un hijo". Los médicos aconsejaron a la mujer de P. M. que dejase de tomar anticonceptivos. "Así que sólo nos quedaba un método seguro para no tener hijos. Mi mujer ya pasó por el quirófano una vez cuando nació la niña, tuvieron que hacerle la cesárea. Nosotros lo hicimos porque teníamos 40 años y éramos una pareja estable, pero yo no lo recomendaría a chicos de 25 años".

La reversibilidad de la ligadura de trompas y de la vasectomía depende del grado de traumatismo de la operación. Existen técnicas de esterilización reversibles, pero ningún médico recomienda que una persona se esterilice con vistas a deshacer la operación. Se aconseja a las parejas que sólo deben tomar esa decisión cuando están seguras de que no quieren más hijos.

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