La reestructuración del sector de fertilizantes prevé inversiones de 16.000 millones en tres nuevas plantas

La Administración, las empresas del sector fertilitantes, y los sindicatos han mantenido la pasada semana los primeros contados con vistas al plan de reestructuración del sector. La Administración ha hecho entrega a las partes de los resultados del informe sobre el tema efectuado por la consultora Boston Consulting Group. Los aspectos más llamativos del citado estudio se refieren a la necesidad de construir tres nuevas macroplantas de fertilizantes, que supondrían una inversión aproximada de 16.000 millones de pesetas, una de ellas ubicada en Sagunto y otra en Huelva, y el cierre paralelo de n...

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La Administración, las empresas del sector fertilitantes, y los sindicatos han mantenido la pasada semana los primeros contados con vistas al plan de reestructuración del sector. La Administración ha hecho entrega a las partes de los resultados del informe sobre el tema efectuado por la consultora Boston Consulting Group. Los aspectos más llamativos del citado estudio se refieren a la necesidad de construir tres nuevas macroplantas de fertilizantes, que supondrían una inversión aproximada de 16.000 millones de pesetas, una de ellas ubicada en Sagunto y otra en Huelva, y el cierre paralelo de numerosas plantas obsoletas distribuidas por todo el país. FA informe plantea una reducción de la plantilla global del sector de 1300 personas.

En el subsector de los abonos nitrogenados, donde está el meollo del sector, el estudio evalúa una oferta anual para el año 1990 de 865.000 toneladas, con una demanda estimada en el mismo año de 960.000 toneladas. Ello supondrá un incremento de la capacidad productiva de las plantas en uso, con el consiguiente aumento de su rentabilidad económica. La eliminación paralela del poco racional sistema actual de transporte del abono entre puntos de producción y de consumo significará un ahorro adicional estimado por Boston en 1.200 millones de pesetas.

La competitividad

Con todo lo anterior, el subsector de nitrogenados seguirá sin ser competitivo, sobre todo de cara a la entrada en la CEE. Ello induce a Boston a recomendar la construcción de una nueva planta de amonitratos (nitrato amónico) con capacidad para 400.000 toneladas anuales y un coste aproximado de 6.500 millones de pesetas, cuya ubicación ideal sitúa la consultora internacional en Sagunto. La recomendación coincide, pues, plenamente con los planes previos del Ministerio de Industria y de la propia Empresa Nacional de Fertilizantes, Enfersa, que ya ha iniciado los trámites para su instalación con una fábrica de tales características en Sagunto.La construcción de esta planta de Sagunto supondrá una rebaja del orden de los 1.500 millones de pesetas sobre los costes globales del subsector de nitrogenados. El informe recomienda construir una seguda planta, cuya ubicación está sin definir, con la misma inversión aproximada de 6.500 millones de pesetas e idéntico ahorro global para el sistema. El ahorro total del subsector se situaría, pues, en los 4.200 millones de pesetas. Boston Consulting asegura que estas

dos inversiones podrían amortizarse en el plazo de tres a cuatro años, por lo que con concluye que se trata de una inversión muy recomendable.

El futuro de esta segunda planta, sobre cuya ubicacion no hay nada concretado podría estar relacionado con el viejo tema de la construcción de una planta de amoniaco en Libia, que sería la materia prima a utilizar en Sagunto, proyecto en el que también ha trabajo Enfesa en el pasado con la idea de colocar el centro fabril al lado de las fuentes de aprovisionamiento del gas natural. Si se optara por la solución de Libia, el capital social del proyecto podría repartirse entre las grandes del sector, para evitar una situación del monopolio de la materia prima, el amoniaco. La solución de esta planta en Libia está ligada al futuro del actual sistema de subvenciones a los fabricantes de armoniaco, del orden actualmente de los 9.300 millones de pesetas/año.

En el subsector de abonos complejos, el informe establece un exceso de la oferta de menor cuantía para el año de, referencia, lo que aconseja cerrar alguna planta obsoleta de menor tamaño, dentro de un criterio de economía de escala, cierres aún sin concretar, aunque ya existe una primera definición de los centros afectados.

En el tercer bloque de los abonos fosfatados, el problema surge de la propia estructura de fabricación y consumo española. En España se ha seguido el proceso productivo más caro, produciendo y consumiendo el llamado supersimple, cuya fabricación resulta más cara, además de ser de peor calidad, que el supertriple (SST), utilizado mayoritariamente en el exterior. Por ello Boston recomienda reconvertir el consumo, para lo que plantea cerrar todas las plantas existentes en España y construir una nueva y única planta mediante el sistema SST, con capacidad para 400.000 toneladas anuales, que estaría ubicada en Huelva, en las instalaciones de Fosfórico Español, SA. La fábrica supondría una inversión de 3.000 millones de pesetas, con un ahorro de la misma cuantía para el subsector. Éstas son las tres grandes inversiones que industrialmente recomienda el informe de Boston Consulting Group. Todo ello dentro del supuesto de partida de mantener estable y competitivo a nivel internacioal el precio del amoniaco, condición fundamental para que todo el sistema español de fertilizantes sea competitivo.

Actualmente existen en España 20 plantas dedicadas a la fabricación de supersimple y sapertriple que, en teoría y según las recomendaciones del informe, sería preciso cerrar. La plantilla global de estos centros fabriles era de 800 personas a finales del pasado año. En el subsector de complejos trabajaban en la misma fecha 1.875 personas y unas 850 en el de nitrogenados.

El estudio de Boston plantea igualmente una serie de modificaciones en el escandallo de precios. La consultora se muestra partidaria de mantener el actual sistema de intermediarios, bien sea mediante distribuidor particular o cooperativa, pero mediante el establecimiento de un sistema de precios diferenciales en función de la campaña, con un elemento corrector que evite la especulación estacional. De alguna manera los precios seguirán controlados, pero con la diferencia fundamental de que el control se establecerá en fábrica, mientras que ahora se controla el precio final que paga el agricultor.

El proceso reconversor en el sector se iniciará propiamente en la segunda semana de septiembre. Es intención de la Dirección General de Industrias Químicas dejarlo listo antes del mes de diciembre próximo. Sigue sin definir el espinoso tema de la identificación de las plantas a cerrar y el no menos peliagudo de las fusiones entre empresas a que el proceso reconversor dará lugar de forma inevitable.

Además de empresas y sindicatos han sido también consultadas diversas uniones de agricultores (Unaco y Cenag), quienes han reclamado un mayor protagonismo en el proceso de intermediación entre fabricante y consumidor y en el llamado bulk blending o proceso de mezcla de los nutrientes básicos que intervienen en el abono, lo que seguramente iría acompañado de cierres adicionales de centros productivos de menor tamaño que se dedican a esta tarea del blending.

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