El compromiso sirio con la paz en Líbano provoca inesperados elogios de EE UU

Siria ha manifestado su apoyo a la segunda fase del plan de seguridad del Gobierno libanés para Beirut, con lo que hoy comenzará el despliegue de una nueva fuerza mixta cristiano-musulmana en la llamada línea verde, que dividía antaño la ciudad. La política siria en Líbano ha recibido inesperados y sorprendentes elogios en Washington, donde el secretario de Estado adjunto para Oriente Próximo, Richar Murphy, ha calificado de "positiva" la actuación de Damasco.El renovado apoyo sirio al Gobierno beirutí se produjo durante la visita que el primer ministro libanés, Rachid Karame, realizó e...

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Siria ha manifestado su apoyo a la segunda fase del plan de seguridad del Gobierno libanés para Beirut, con lo que hoy comenzará el despliegue de una nueva fuerza mixta cristiano-musulmana en la llamada línea verde, que dividía antaño la ciudad. La política siria en Líbano ha recibido inesperados y sorprendentes elogios en Washington, donde el secretario de Estado adjunto para Oriente Próximo, Richar Murphy, ha calificado de "positiva" la actuación de Damasco.El renovado apoyo sirio al Gobierno beirutí se produjo durante la visita que el primer ministro libanés, Rachid Karame, realizó el jueves a Damasco, donde el presidente sirio, Hafez el Asad, reiteró que estaba comprometido a ayudar a Líbano a que resuelva sus problemas de seguridad. Tal compromiso fue confirmado por fuentes oficiales en el palacio presidencial libanés de Baabda, después de que Karame informara al presidente Amin Gemayel del resultado de sus entrevistas en Siria.

La segunda fase del plan de seguridad que ahora entra en vigor establece que tropas regulares de la sexta brigada musulmana, la quinta brigada cristiana y una tercera brigada mixta ocuparán desde primera horas de hoy la zona próxima a la línea verde. Se abrirán nuevas vías de comunicación entre el este cristiano y el oeste musulmán y los milicianos que atraviesen la zona armados serán arrestados.

La ciudad de Trípoli, en la que el miércoles y el jueves se registraron enfrentamientos entre milicias pro y antisirias que costaron 37 vidas y causaron alrededor de 200 heridos, no entra en el actual plan de pacificación, aunque el Gobierno tiene proyectos para encomendar al Ejército el mantenimiento del orden en la ciudad.

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La contribución siria a la normalización libanesa ha sido recibida con satisfacción en el Departamento de Estado. Richard Murphy, secretario de Estado adjunto para Oriente Próximo, manifestó el miércoles ante un subcomité de Exteriores de la Cámara de Representantes que "creemos que Siria ha sido uno de los elementos que más positiva contribución ha desempeñado en estos últimos acontecimientos". Siria, dijo también Murphy, "debería intervenir" en cualquier futuro esfuerzo de paz norteamericano en la zona.

Las manifestaciones de Murphy causaron estupor entre los representantes, que recordaban las acusaciones de Ronald Reagan y George Shultz contra Damasco, capital a la que habían acusado de ser responsable de todas las tensiones del área, de la falta de acuerdos en Líbano y de patrocinar actividades terroristas como el atentado de octubre contra el cuartel norteamericano que causó 241 muertos entre los soldados estadounidenses.

Esta reacción de los parlamentarios obligó al Departamento de Estado a matizar ayer que las palabras de Murphy se referían sólo a la actitud siria para con Líbano y no al conjunto de la política siria en Oriente Próximo. "Tenemos problemas con Siria en el contexto más amplio. No sabemos lo que está haciendo", dijo un portavoz.

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