Tribuna:

No cambiar nada para que todo siga igual

"Hasta la barandilla se aburre tanto que quiere cambiar de postura". Quizá esta afirmación en boca de un operador pueda ser un despropósito, pero nunca una exageración. Realmente la bolsa continúa con una apatía tan grande que es imposible no evocar las montañas o los mares que disfrutan los vacacionistas.Pero el mercado sigue. Aunque muy poco. La contratación del pasado miércoles, 596,7 millones de pesetas, estuvo a punto de marcar el mínimo del año, a no ser porque una fría mañana del pasado mes de enero le quitó ese honor. Al menos sirve para demostrar, mejor que mil palabras, el escaso int...

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"Hasta la barandilla se aburre tanto que quiere cambiar de postura". Quizá esta afirmación en boca de un operador pueda ser un despropósito, pero nunca una exageración. Realmente la bolsa continúa con una apatía tan grande que es imposible no evocar las montañas o los mares que disfrutan los vacacionistas.Pero el mercado sigue. Aunque muy poco. La contratación del pasado miércoles, 596,7 millones de pesetas, estuvo a punto de marcar el mínimo del año, a no ser porque una fría mañana del pasado mes de enero le quitó ese honor. Al menos sirve para demostrar, mejor que mil palabras, el escaso interés de los inversores por enviar sus órdenes de compra al parqué.

Como también sirve de botón de muestra las operaciones a crédito, que el miércoles registraron unas compras por 18,9 millones de pesetas y, curiosamente, ninguna partida vendedora. Y es que no por más repetido deja de ser cierto: las escasas ganas de comprar sólo superan a las ganas de vender.

El resultado es ese estado de espíritu que los sabios, que de todo hay en este inundo, han denominado tedio.

Posiblemente lo más llamativo del momento sea el buen comportamiento de la banca, que en la jornada de ayer registró un saldo comprador de 30.916 títulos, ya que la única entidad que arrojó operaciones a la venta fue el Popular, pero en una cantidad mínima (525 acciones). Las lenguas viperinas, que aunque se aburran deben cumplir con su deber, hablaban de que los inversores extranjeros se asomaron ayer al mercado, madrileño para situar sus cuartos en este corro.

Las eléctricas y Telefónica, los otros dos pilares de la contratación en estas calurosas mañanas de julio, sufrieron con mayor intensidad algo que es difícil de calificar como realización de beneficios, por lo que, siguiendo la terminología clásica, se puede definir como cierta presión del papel.

Pero todas las jornadas tienen sus anécdotas. Menos mal. Y la de ayer fue la siguiente: portavoces autorizados de la bolsa señalaron que la orden para realizar la operación de venta de las acciones del Banco Hispano Americano al Commerzbank (el 10% de las acciones del banco español a un cambio pactado previamente del 225%) fue recibida en bolsa el pasado lunes, aunque este tipo de operaciones, según estas mismas fuentes, no tiene por qué reflejarse en el boletín de cotizaciones. 0 sea, que la errata comentada hace unos días llevaba detrás el agua que sonaba en el río.

No es de esperar un cambio apreciable de tendencia en estos, días. La bolsa prosigue con ganas de no perder posiciones, y aunque lleguen al mercado órdenes de venta, podrán ser absorbidas sin dejar muchas plumas en la pelea. Factores externos favorecen este fortalecimiento de la renta variable. No hay que olvidar que en la subasta de pagarés del Tesoro celebrada ayer, los tipos de interés registraron un nuevo recorte de casi medio punto respecto al pasado día 5, quedando en un tipo de interés medio del 13,560% a un año. Los tipos a seis meses, por el contrario, registraron una ligera subida, quedando al 10,23 3 %, frente al 10, 154% de la subasta anterior. La caída de estas retribuciones debe de tener su reflejo positivo en las acciones bursátiles, ya que muchos valores ofrecen unos mejores rendimientos.

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