El senador del PNV Azkárraga intentó evitar que Bélgica entregase a España a los dos supuestos miembros de ETA

El presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, se pronunció ayer, durante una conferencia de Prensa celebrada en Vitoria, en contra de la política de extradiciones del Gobierno, por considerarla "incoherente" con la búsqueda de una salida no traumática al problema de la violencia. El lendakari -que proponía como alternativa, en los casos en los que no cabe la reinserción social, el extrañamiento de los terroristas- declaró a este periódico que ni él personalmente ni el Gobierno vasco intentaron evitar, en negociaciones con las autoridades belgas, las recientes extradiciones. Sin embarg...

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El presidente del Gobierno vasco, Carlos Garaikoetxea, se pronunció ayer, durante una conferencia de Prensa celebrada en Vitoria, en contra de la política de extradiciones del Gobierno, por considerarla "incoherente" con la búsqueda de una salida no traumática al problema de la violencia. El lendakari -que proponía como alternativa, en los casos en los que no cabe la reinserción social, el extrañamiento de los terroristas- declaró a este periódico que ni él personalmente ni el Gobierno vasco intentaron evitar, en negociaciones con las autoridades belgas, las recientes extradiciones. Sin embargo, fuentes nacionalistas confirmaron a EL PAIS que el senador del PNV Joseba Azkárraga intentó, sin éxito, lograr del Gobierno belga que Salvador Ormaza y Joseba Arteche fueran deportados a Centroamérica, en lugar de ser enviados a España.

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Carlos Garaikoetxea aprovechó la presentación del programa de gobierno de la segunda legislatura para pronunciarse frente a las extradiciones que el Gobierno belga ha concedido en los dos casos de los presuntos activistas de ETA Político-militar. Tras una breve presentación del programa de gobierno, en el que se advierte que "el desarrollo del Estatuto de Güernica se halla en grave crisis a partir de la política estatutaria que los Gobiernos del Estado han venido aplicando a partir de los pactos autonómicos de 1981", el lendakari señaló que se identificaba totalmente con la reacción oficial del PNV contra las extradiciones.El lendakari abundó en calificar la actitud de las autoridades belgas de "poco sincera", ya que, en su opinión, las condiciones expuestas para conceder las extradiciones pueden resultar "capciosa e implícitamente vejatorias". Se preguntaba Garaikoetxea si con estas medidas el Gobierno belga quiere vacunarse contra la posible tendencia a que se considere su país como una tierra de asilo y contra el hipotético fenómeno de trasvase de refugiados de Francia a Bélgica.

Por contra, el lendakari se preguntaba si el Gobierno español buscaba, con las extradiciones, "una operación de prestigio político". "En el fondo", comentó el lendakari, "todo el mundo coincide en que sería muy deseable un desarrollo de la línea de reinserción social". En este sentido, Garaikoetxea abogó por el extrañamiento como la salida menos traumática para los casos en los que no cabe la aplicación de medidas de gracias.

Tentación de ir hacia el exterminio

Garaikoetxea advirtió, en este sentido, que cree que en la clase política dirigente española se está percibiendo "una cierta tentación de ir hacia el exterminio, y eso, desde una perspectiva histórica, sería un error". Al término de la conferencia de prensa, el lendakari desmintió que el Gobierno vasco, como tal, hubiera negociado con las autoridades belgas la posibilidad de evitar las extradiciones de los dos presuntos militantes de ETA. "El Gobierno vasco no ha tenido relación con el Gobierno belga. Este lendakari, contra lo que irresponsablemente ha dicho alguno, no ha tenido ninguna relación con el Gobierno belga".Sin embargo, fuentes nacionalistas confirmaron a este periódico que el senador del PNV Joseba Azkárraga se desplazó hace 10 días a Bruselas para intentar conseguir que los activistas fueran deportados a algún país del otro lado del Atlántico. Azkárraga, que oficialmente no representaba al Gobierno vasco, pero que estaba respaldado tácitamente por los nacionalistas, propuso Cuba, Venezuela o Panamá como tres posibles lugares de destino de los activistas.

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En su encuentro con los medios informativos, Garaikoetxea rechazó las acusaciones de los dirigentes socialistas en el sentido de que el PNV, con actitudes como el rechazo de las extradiciones, estaba siendo cómplice de ETA. Al recordar la trayectoria nacionalista, que se ha negado en repetidas ocasiones "a poner el acento exclusivo en las medidas represivas" para erradicar la violencia, Carlos Garaikoetxea subrayó que "nosotros somos coherentes con lo que siempre hemos dicho". En este sentido, volvió a apelar a las vías de negociación, como reflejo de una operación inteligente, contrapuesta a la operación de exterminio, centrada, en su opinión, en medidas equivalentes a las extradiciones.

En la misma conferencia de prensa, Carlos Garaikoetxea se ratificó en unas declaraciones concedidas recientemente a la publicación nacionalista Muga, en las que señalaba que no está dispuesto a "admitir un desmadre provincialista en la interpretación de la ley de Territorios Históricos".

El malestar latente en las filas nacionalistas no quedó disimulado ni siquiera con la visita del presidente del Consejo Nacional del PNV, Román Sudupe, que se reunió con el lendakari tras el encuentro con los medios informativos.

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