Un DC-10 pasó rozando un hotel en Puerto Rico
El error más reciente cometido por un avión de Iberia se produjo el pasado 12 de abril en Puerto Rico, cuando un jumbo DC-10 de la compañía española efectuó la maniobra de aproximación a un aeropuerto diferente al que le correspondía, el de San Juan. El aeropuerto en el que estuvo a punto de tomar tierra el DC-10 de Iberia se halla situado en Isla Grande, muy cerca de San Juan de Puerto Rico. Sus pistas son utilizadas habitualmente por pequeñas avionetas privadas. El DC-10 llegó a estar a sólo 15 metros de tierra y, al ser advertido del error, se elevó y pasó a escasos metros de un hote...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El error más reciente cometido por un avión de Iberia se produjo el pasado 12 de abril en Puerto Rico, cuando un jumbo DC-10 de la compañía española efectuó la maniobra de aproximación a un aeropuerto diferente al que le correspondía, el de San Juan. El aeropuerto en el que estuvo a punto de tomar tierra el DC-10 de Iberia se halla situado en Isla Grande, muy cerca de San Juan de Puerto Rico. Sus pistas son utilizadas habitualmente por pequeñas avionetas privadas. El DC-10 llegó a estar a sólo 15 metros de tierra y, al ser advertido del error, se elevó y pasó a escasos metros de un hotel próximo, "casi rozando", según dijo ayer el director general de Aviación Civil, Pedro Tena.Iberia tiene unas normas de aproximación a este aeropuerto muy rigurosas, que no fueron respetadas por el comandante del DC-10, por lo que el piloto ha sido sancionado por la compañía.
La Administración Civil Americana ha considerado el incidente de "peligroso para el vuelo", calificación grave en la terminología aérea. La pista en la que iba a aterrizar el DC-10 tiene sólo 1.500 metros de largo, por lo que, según estiman en Aviación Civil, "lo más seguro es que el aparato se hubiera salido de la pista si hubiese tomado tierra". Parte de esta información fue revelada por el Wall Street Journal, lo que causó un gran malestar en Iberia, donde los datos tenían carácter reservado y sólo habían sido comunicados a Aviación Civil.
El comandante del avión, cuya identidad no ha sido dada a conocer, ha sido obligado a realizar un curso de reciclaje y a volar indefinidamente como segundo en lugar de como comandante.