Cartas al director

La Iglesia en TVE

¡Qué desconcierto! Al terminar de ver el programa televisivo La Iglesia arraigada no sabía si mi vida había sido real o un sueño. Porque, según el programa (dicen que era de historia), la Iglesia ha estado siempre a favor de los poderosos, en contra de la libertad y de la cultura, etcétera.Si todo esto es verdad (historia), mi vida ha sido sólo un sueño, porque me eduqué en un colegio de monjas cuando en mi casa había lo justo para vivir, y de poderosos, nada; resulta, además, que me enseñaron no sólo a respetar al prójimo, sino a quererlo, fuera quien fuera; daba la casualid...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

¡Qué desconcierto! Al terminar de ver el programa televisivo La Iglesia arraigada no sabía si mi vida había sido real o un sueño. Porque, según el programa (dicen que era de historia), la Iglesia ha estado siempre a favor de los poderosos, en contra de la libertad y de la cultura, etcétera.Si todo esto es verdad (historia), mi vida ha sido sólo un sueño, porque me eduqué en un colegio de monjas cuando en mi casa había lo justo para vivir, y de poderosos, nada; resulta, además, que me enseñaron no sólo a respetar al prójimo, sino a quererlo, fuera quien fuera; daba la casualidad de que en los libros de arte se hablaba con frecuencia de los cuadros y esculturas hechas en honor de Dios, la Virgen o los santos, y de que los distintos estilos arquitectónicos se reflejaban debidamente -y algunos casi exclusivamente- en edificios religiosos: catedrales, monasterios. También me enseñaron a amar los libros.

Sí, es un desconcierto: la televisión me dice que tendría que haberme pasado todo lo contrario. ¿Será que el programa, en vez de ser historia, es un cuento? Y amenazan con emitir más programas sobre el tema. Pues, la verdad, prefiero leer Caperucita Roja. /

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En