Cartas al director

Convergència y el señor Roca

He vivido casi 13 años en Barcelona, y, afortunadamente, en estos momentos he podido volver a mi entrañable y desamparada Castilla. El contacto con tantos amigos catalanes me ha permitido durante este tiempo conocer muy directamente el pensamiento nacionalista catalán. Fundamentalmente en estos últimos cuatro años. Y esto me anima a exponer una simple opinión.Creo que hay dos formas útiles para poder entender hasta dónde alcanzan esas ansias catalanistas: o vivir en Cataluña durante un tiempo o escuchar las definiciones del señor Heribert Barrera.

Escuchando hablar a Convergéncia desde ...

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He vivido casi 13 años en Barcelona, y, afortunadamente, en estos momentos he podido volver a mi entrañable y desamparada Castilla. El contacto con tantos amigos catalanes me ha permitido durante este tiempo conocer muy directamente el pensamiento nacionalista catalán. Fundamentalmente en estos últimos cuatro años. Y esto me anima a exponer una simple opinión.Creo que hay dos formas útiles para poder entender hasta dónde alcanzan esas ansias catalanistas: o vivir en Cataluña durante un tiempo o escuchar las definiciones del señor Heribert Barrera.

Escuchando hablar a Convergéncia desde fuera de Cataluña, nunca se podrá saber la realidad de su pensamiento, de su verdadero sentir. Repito, como diría el señor Roca, que esto no quiere ser ningún reproche, sino una simple opinión.

Y en estos momentos, Convergencia, con sus votos incondicionales y su gran puñado de votos útiles pero no sentidos, considera insuficiente el marco catalán para llevar a cabo sus proyectos y envía una punta de lanza, un negociador nato, al mercado español de votos, (entiéndase metafóricamente), con el fin de cosechar y justificar, desde ámbitos más amplios, desde esferas más influyentes, todo cuanto sea posible para desarrollar su ideal de nacionalismo catalán o, lo que es lo mismo, el proyecto de la patria catalana del señor Barrera.

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Así se explican fácilmente las declaraciones del señor Roca de que el partido socialista no tiene vocación autonomista.

Se entiende que él la tiene naturalmente, y sería interesante que nos dijera qué partido o partidos tienen su vocación. /

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