ELECCIONES LEGISLATIVAS EN FILIPINAS

Dudas de EE UU sobre el apoyo formal a los movimientos democráticos

La Administración norteamericana del presidente Ronald Reagan adopta una actitud de expectativa ante las elecciones filipinas. Estados Unidos, que cuenta en territorio filipino con la mayor base militar en el exterior, en Subic Bay, se inquieta por el futuro del régimen dictatorial del presidente Ferdinand Marcos, pero duda en apoyar formalmente a los movimientos de oposición que luchan en pro de un sistema democrático en Filipinas.El asesinato en el aeropuerto de Manila, el pasado mes de agosto, de Benigno Aquino, principal adversario político del presidente Marcos, sumergió al país en un cli...

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La Administración norteamericana del presidente Ronald Reagan adopta una actitud de expectativa ante las elecciones filipinas. Estados Unidos, que cuenta en territorio filipino con la mayor base militar en el exterior, en Subic Bay, se inquieta por el futuro del régimen dictatorial del presidente Ferdinand Marcos, pero duda en apoyar formalmente a los movimientos de oposición que luchan en pro de un sistema democrático en Filipinas.El asesinato en el aeropuerto de Manila, el pasado mes de agosto, de Benigno Aquino, principal adversario político del presidente Marcos, sumergió al país en un clima de inestabilidad política y económica, con gran preocupación para la Administración Reagan. Según fuentes diplomáticas, el Departamento de Estado norteamericano insistió ante el régimen de Marcos para caminar hacia un proceso electoral que dé un mínimo de credibilidad democrática al régimen filipino.

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Sin embargo, el Congreso norteamericano se mostró reacio a la posibilidad de una apertura democrática en Filipinas, mientras el presidente Marcos continúe en el poder.

Las dudas del Congreso de Estados Unidos ante la evolución del régimen de Marcos hacia la democracia quedaron patentes con el recorte, en 60 millones de dólares (casi 10.000 millones de pesetas), de la ayuda militar que Reagan solicitó para Filipinas.

La Cámara norteamericana sólo aprobó la concesión de 25 millones de dólares (casi 4.000 millones de pesetas) en concepto de ayuda militar para el próximo año 1985, dentro de un paquete global de 180 millones de dólares para cooperación económica y militar.

La ayuda de Estados Unidos puede considerarse como vital para Marcos, en un momento en que Filipinas debe solicitar nuevas ayudas al Fondo Monetario Internacional y en un contexto en que la economía filipina ha sufrido un desgaste de salida de divisas calculado en unos 25.000 millones de dólares (casi unos cuatro billones de pesetas), desde el pasado verano, fecha del asesinato de Aquino.

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