Decreto de la Junta andaluza para controlar el gasto de agua en el Campo de Dalías

El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer un decreto que permite regular los alumbramientos y captaciones de aguas subterráneas en el almeriense Campo de Dalías. El decreto intenta detener el proceso de salinización de la zona, iniciado por la excesiva utilización de esas aguas, que pone en peligro la base económica de una comarca habitada por 85.000 personas.

El Campo de Dalías es una comarca situada en la provincia de Almería, junto a la costa, de forma semicircular, y cuya explotación a través de invernaderos de cultivos extratempranos ha dado lugar a la conversión ...

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El Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía aprobó ayer un decreto que permite regular los alumbramientos y captaciones de aguas subterráneas en el almeriense Campo de Dalías. El decreto intenta detener el proceso de salinización de la zona, iniciado por la excesiva utilización de esas aguas, que pone en peligro la base económica de una comarca habitada por 85.000 personas.

El Campo de Dalías es una comarca situada en la provincia de Almería, junto a la costa, de forma semicircular, y cuya explotación a través de invernaderos de cultivos extratempranos ha dado lugar a la conversión de El Ejido, antes una pedanía sin importancia de la ciudad de Dalías, en una población importante y próspera. La comarca tiene pleno empleo. Lo que hace no mucho tiempo era un desierto casi inhabitable, que sólo producía esparto, se ha convertido en un foco de inmigración de las zonas más deprimidas de Murcia y de La Alpujarra, y su nivel de renta per cápita es el 172% de la media nacional. El éxito se debe a la acción de pioneros que descendieron de la localidad de Dalías, en las estribaciones de la sierra, al llano, donde, entre el viento, que impide la concentración de humedad en los invernaderos, y los acuíferos subterráneos, descubrieron y explotaron unas excelentes condiciones para el desarrollo de los cultivos extratempranos.Durante los últimos años se han estado consumiendo en la comarca 100 litros por cada 60 que entran en años de pluviometría media. Además, los últimos años resultaron escasos en, precipitaciones.

El principal de los tres acuiferos de la zona ha descendido en los primeros cinco años de puesta en explotación de los cultivos extratempranos a razón de medio metro por año. En los ocho años siguientes, a razón de metro por año; y en los tres últimos se acerca a los dos metros de descenso por año. El resultado es que el nivel piezométrico (nivel de la presión) se ha situado por debajo de la cota cero y que ha comenzado la intrusión del agua salada en el mismo. Una vez que un acuífero se saliniza se tardan muchísimos años en recuperarlo. Si el proceso no se detuviera, la ruina de esta zona, un modelo de explotación agrícola, sería prácticamente irreversible.

El decreto prevé fuertes sanciones para los agricultores que gasten agua por encima de unos máximos establecidos.

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