Yugoslavia: una píldora amarga

La fiesta de los trabajadores de este año corre el riesgo de tener un regusto amargo para los yugoslavos: desde el 1 de mayo se desbloquearán los precios, congelados a finales del año pasado, lo que tendrá como consecuencia ineluctable una nueva disminución del salario real, ya recortado en un 10% en 1983. Esta medida es una de las condiciones impuestas por el FMI, que recientemente ha otorgado un préstamo de 400 millones de dólares, necesario para que Belgrado negocie en mejores condiciones el nuevo escalonamiento de su fuerte deuda exterior: cerca de 21.000 millones de dólares. Este ...

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La fiesta de los trabajadores de este año corre el riesgo de tener un regusto amargo para los yugoslavos: desde el 1 de mayo se desbloquearán los precios, congelados a finales del año pasado, lo que tendrá como consecuencia ineluctable una nueva disminución del salario real, ya recortado en un 10% en 1983. Esta medida es una de las condiciones impuestas por el FMI, que recientemente ha otorgado un préstamo de 400 millones de dólares, necesario para que Belgrado negocie en mejores condiciones el nuevo escalonamiento de su fuerte deuda exterior: cerca de 21.000 millones de dólares. Este desbloqueo es motivo de sería preocupación tanto para los dirigentes como para los dirigidos. La última operación de este tipo, el año pasado, estuvo a punto de degenerar en catástrofe: los precios explotaron hasta llegar a un nivel récord del 60% de inflación. (...)El nerviosismo de los dirigentes se traduce, no obstante, en un endurecimiento respecto a los periodistas e intelectuales supuestamente hostiles al régimen, que denuncian las contradicciones en términos no muy alejados de los que emplean algunos dirigentes. El último ejemplo de este nerviosismo ocurrió la semana pasada, con la detención de 28 personas que asistían a una conferencia de Djilas, el antiguo compañero de Tito que se convirtió en martillo de herejes frente a la nueva clase de burócratas. (...)

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