La oposición libanesa viaja a Damasco mientras crecen las disputas verbales

Rachid Karame, el hombre que parece destinado a ser el próximo primer ministro de Líbano, viajó ayer a Damasco para entrevistarse en la capital siria con los otros dirigentes de la oposición libanesa, el druso Walid Jumblat y el chiita Nabih Berri, y todos ellos con las autoridades sirias. En las últimas horas se ha incrementado el enfrentamiento verbal entre los grupos destinados, en principio, a participar en un Gobierno de unión nacional.El presidente sirio, Hafez el Asad, y el libanés, Amín Gemayel, acordaron el pasado jueves la formación de un Gobierno de unión nacional en el que interven...

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Rachid Karame, el hombre que parece destinado a ser el próximo primer ministro de Líbano, viajó ayer a Damasco para entrevistarse en la capital siria con los otros dirigentes de la oposición libanesa, el druso Walid Jumblat y el chiita Nabih Berri, y todos ellos con las autoridades sirias. En las últimas horas se ha incrementado el enfrentamiento verbal entre los grupos destinados, en principio, a participar en un Gobierno de unión nacional.El presidente sirio, Hafez el Asad, y el libanés, Amín Gemayel, acordaron el pasado jueves la formación de un Gobierno de unión nacional en el que intervendrían la Falange, el Frente Libanés (coalición de partidos cristianos moderados), el Partido Socialista Progresista druso y el movimiento chiita Amal. Siria apoyó a la oposición musulmana hasta su victoria sobre el Ejército de Amín Gemayel, el pasado mes de febrero, pero ahora está tratando de rebajar las exigencias de los musulmanes, que piden cambios radicales.

Las consultas sobre el nuevo Gobierno de coalición nacional se encuentran con dificultades, dado que algunas de las partes implicadas ponen condiciones e incluso se niegan a participar en un Gabinete junto con sus enemigos.

Un portavoz de las Fuerzas Libanesas, que domina el partido de la Falange, manifestaba ayer, en entrevista publicada en Beirut, que las milicias cristianas no se sumarán a ningún Ejecutivo porque éste sería "un instrumento en manos de Siria, que a través de él pretenderá intervenir indebidamente en asuntos que corresponden únicamente a los libaneses". Este grupio se muestra dispuesto a emprender inmediatamente negociaciones con Berri y Jumblat, pero sin la mediación siria.

La batalla no ha terminado

Jumblat, en un discurso ante sus seguidores en la montaña del Chuf, descartó el sábado cualquier acuerdo con los falangistas. El líder druso manifestó que la actual tregua es sólo temporal, e hizo un llamamiento para incrementar el número y el entrenamiento de las milicias del Partido Socialista Progresista. "La batalla es larga y no ha terminado... Los cañones puede que estén silenciosos, pero eso no significa que vayamos a aceptar a cualquier precio la distensión con los falangistas", dijo.Berri, en una entrevista que publica el semanario Monday Morning, reitera su idea de que cualquier Gobierno de unión nacional debería basarse en una visión común sobre la ocupación israelí del sur de Líbano. Berri y otros dirigentes árabes e izquierdistas quieren que el Gobierno preste su apoyo a la resistencia contra la ocupación israelí, pero las Fuerzas Libanesas tienen órdenes de cooperar con las milicias proisraelíes, lla¡nadas Ejército del Sur de Líbano, que ocupan la zona.

La nota pacífica de la jornada la dieron en Damasco Jumblat y el líder de los Morabitún que sellaron con una abrazo la paz entre drusos y sunitas.

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En Beirut ayer se rompió la tregua al discrepar las partes enfrentadas sobre la evacuación de algunas posiciones para que fuesen ocupadas por la neutral gendarmería.

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