Cartas al director

La promoción desde la EGB

Con un clasismo digno de los tiempos más reaccionarios de este país, con una ley de castas que para sí hubiesen querido en la India en sus mejores tiempos, una y otra vez los distintos Gobiernos -franquistas, ucedistas y ahora socialistas- cierran el paso a todo intento de ascenso en los distintos niveles docentes desde la EGB (con las titulaciones adecuadas, por supuesto), que, en otro contexto, todo el mundo vería lógico, justo y humano.Quiero repetir aquí la cita que utiliza un compañero para reflejar la filosofía que hasta el presente ha tenido en cuenta el MEC. Es la conocida frase de Dan...

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Con un clasismo digno de los tiempos más reaccionarios de este país, con una ley de castas que para sí hubiesen querido en la India en sus mejores tiempos, una y otra vez los distintos Gobiernos -franquistas, ucedistas y ahora socialistas- cierran el paso a todo intento de ascenso en los distintos niveles docentes desde la EGB (con las titulaciones adecuadas, por supuesto), que, en otro contexto, todo el mundo vería lógico, justo y humano.Quiero repetir aquí la cita que utiliza un compañero para reflejar la filosofía que hasta el presente ha tenido en cuenta el MEC. Es la conocida frase de Dante, en la Divina comedia, cuando el poeta, ante la puerta,del infierno, puede leer: "¡Oh, vosotros, los que entráis, abandonad toda esperanza (de promoción)". Y, como el poeta, añado: "Maestro, el sentido de estas palabras me parece duro". Pero es así. Nosotros, funcionarios que trabajamos en la EGB y que estamos en posesión de una licenciatura; que aportamos una experiencia pedagógica de bastantes ,años en un trato directo con alumnos; que no aspiramos a ocupar ningún lugar de privilegio en la Administración, sino, simplemente, llegar a un lógico deseo humano, como es un ascenso, basado en el perfeccionamiento profesional para colaborar en la mejora de la calidad de la enseñanza, vemos, una y otra vez, bloqueadas nuestras aspiraciones por un rechazo sistemático de los distintos responsables de la Administración, que a nosotros nos parece, como mínimo, una frivolidad. Y es que, además, no quitamos ningún puesto de trabajo a nadie, sino que, simplemente, cual ley de vasos comunicantes, ocupamos un espacio para dejar automáticamente vacío otro. /

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