Los obispos vascos denuncian el terrorismo de ETA y los casos de tortura en Euskadi

"El radicalismo de ETA, nacido como reacción contra injusticias seculares e impregnado de una ideología marxista totalitaria, azota a la sociedad vasca y a toda la sociedad española con la plaga del terrorismo", según afirma una carta pastoral de los obispos de las diócesis de Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona y Tudela con ocasión de la cuaresma. "La respuesta justa y necesaria a este azote", agrega la pastoral, "no siempre se mantiene en los límites impuestos por el respeto a los derechos humanos inviolables".La carta pastoral, que lleva por título ...

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"El radicalismo de ETA, nacido como reacción contra injusticias seculares e impregnado de una ideología marxista totalitaria, azota a la sociedad vasca y a toda la sociedad española con la plaga del terrorismo", según afirma una carta pastoral de los obispos de las diócesis de Bilbao, San Sebastián, Vitoria, Pamplona y Tudela con ocasión de la cuaresma. "La respuesta justa y necesaria a este azote", agrega la pastoral, "no siempre se mantiene en los límites impuestos por el respeto a los derechos humanos inviolables".La carta pastoral, que lleva por título Conflictos humanos y reconciliación cristiana, analiza los problemas de orden cultural, socioeconómico, religioso y político, y en este sentido señala que "la cadena de asesinatos, que castiga sobre todo a las fuerzas de seguridad del Estado, se vuelve interminable. Los asaltos a entidades financieras, las extorsiones económicas a industriales y profesionales, son moneda corriente de nuestro suelo. Los secuestros, seguidos a veces de una muerte innoble, encogen el ánimo de una población amedrentada y aturdida".

Para los obispos firmantes de la pastoral, Ia tortura sigue siendo todavía una realidad en bastantes casos. La denominada guerra sucia ha aparecido recientemente como un hecho público gravísimo que se ha cobrado vidas humanas".

Según se recoge en esta nota, "aunque la gran mayoría de los ciudadanos reprueba todos estos comportamientos, una parte no desdeñable de la población adopta actitudes de aprobación, de connivencia o de pasividad ante estos atropellos de la vida y de la dignidad humana". Y concluyen afirmando, además, que Ia confrontación política no siempre contribuye en la medida deseable a desanudar estos graves conflictos. La defensa de sus propias, opciones degenera, a veces, en injusto desprecio a las posiciones ajenas, y la crítica mutua, en acusación desleal no lejana de la calumnia y de la mentira". Abordan también la necesidad de una reconciliación política: "De ella depende en gran medida la paz de nuestro pueblo y la de toda la sociedad española".

Necesidad de diálogo

Los obispos de Euskadi reclaman el diálogo para solucionar los problemas de Euskalherria y señalan que "en dos temas candentes requiere este diálogo una magnanimidad y un tacto exquisito: el de las relaciones de Navarra con la Comunidad Autónoma Vasca, y el de la reconciliación entre la identidad específica del pueblo vasco y su solidaridad con el resto de los pueblos del Estado español". Para los obispos son los gobernantes y los partidos quienes deben asumir esta tarea, con el apoyo de los medios de comunicación, quienes "tienen que posicionarse resueltamente en favor del diálogo entre las fuerzas políticas".Según los obispos, "el diálogo requiere una actitud realista y exenta de maximalismos. Hemos de ser capaces de renunciar, cuando sea necesario, a la pureza de nuestras aspiraciones utópicas o dogmáticas. Cuando los grupos se enquistan en ellas, acaban amando más la imagen de un pueblo soñado que la realidad de un pueblo concreto e histórico".

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