Visita al frente tras una batalla en las marismas

Los cadáveres de los soldados iraníes cubren las calles y los pantanosos alrededores de Beidha, pequeña localidad situada en las marismas de Hawizah -las mismas en la que se hallan los islotes de Mayun (Majnuna para los iraquíes, aún ocupados por Irán)-, donde iraníes e iraquíes han librado una encarnizada batalla a lo largo de tres días.Los periodistas que llegaron ayer a este pueblo iraquí, a 10 kilómetros de la frontera con Irán, pocas horas después de ser recuperado por los soldados de Bagdad, pudieron ver los cadáveres de muy jóvenes combatientes del Islam flotando sobre las ne...

Los cadáveres de los soldados iraníes cubren las calles y los pantanosos alrededores de Beidha, pequeña localidad situada en las marismas de Hawizah -las mismas en la que se hallan los islotes de Mayun (Majnuna para los iraquíes, aún ocupados por Irán)-, donde iraníes e iraquíes han librado una encarnizada batalla a lo largo de tres días.Los periodistas que llegaron ayer a este pueblo iraquí, a 10 kilómetros de la frontera con Irán, pocas horas después de ser recuperado por los soldados de Bagdad, pudieron ver los cadáveres de muy jóvenes combatientes del Islam flotando sobre las negras aguas.

Un coronel del Ejército iraquí aseguró que son miles los iraníes que han perdido la vida en esta zona y declaró que no ha habido tiempo para enterrarlos. Dirigiéndose a los periodistas en el cuartel general del frente, un comandante manifestó: "Destruimos a los invasores en un contraataque al estilo de Vietnam que limpió de soldados enemigos la zona".

Avanzando a pie una corta distancia por el dique de 40 kilómetros que cruza las marismas, los enviados especiales pudieron ver más de 400 cadáveres de iraníes que flotaban a uno y otro lado sobre las aguas estancadas.

Los soldados iraquíes, mientras, buscaban supervivientes iraníes entre las ruinas de la localidad cantando una canción que asegura que "las manos de los que quieren acercarse a nuestras fronteras serán cortadas". A un grupo de prisioneros se le hizo desfilar ante los informadores.

Decenas de motoras de fabricación japonesa empleadas por los iraníes para llegar hasta Beidha todavía ardían ayer sobre uno de los taludes del dique, mientras los iraquíes recorrían con sus propias motoras las aguas en busca de otras armas y equipo de los hombres de Teherán.