La visita de Gemayel a Damasco abre una nueva fase de las relaciones sirio-libanesas

Líbano y Siria inaugurarán hoy una nueva etapa de sus relaciones cuando el presidente libanés, Ami Gemayel, viaje por primera vez a Damasco para entrevistarse con el presidente sirio, Hafez el Asad, principal aliado de las milicias antigubernamentales chiita y drusa que derrotaron este mes al Ejército fiel al jefe de Estado libanés.

Gemayel y Asad se esforzarán en su encuentro por sentar las bases de la reconciliación de las facciones libanesas enfrentadas, que podría quedar sellada en la segunda fase de la conferencia de Ginebra. Pero para conseguir la cooperación de su homólogo sirio,...

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Líbano y Siria inaugurarán hoy una nueva etapa de sus relaciones cuando el presidente libanés, Ami Gemayel, viaje por primera vez a Damasco para entrevistarse con el presidente sirio, Hafez el Asad, principal aliado de las milicias antigubernamentales chiita y drusa que derrotaron este mes al Ejército fiel al jefe de Estado libanés.

Gemayel y Asad se esforzarán en su encuentro por sentar las bases de la reconciliación de las facciones libanesas enfrentadas, que podría quedar sellada en la segunda fase de la conferencia de Ginebra. Pero para conseguir la cooperación de su homólogo sirio, el presidente libanés deberá, durante su estancia en Damasco o inmediatamente después, cancelar el acuerdo firmado entre Beirut y Tel Aviv el 17 de mayo de 1983 que preveía la evacuación de las tropas israelíes del sur de Líbano ocupado a cambio de algunas concesiones libanesas en materia de soberanía.Sólo después de que Gemayel confirmase a Asad su decisión de denunciar el tratado y el momento en que lo haría, un portavoz de la presidencia de la República siria anunció ayer que el presidente de Líbano era "esperado en Damasco en un plazo máximo de 48 horas".

La convocatoria en el aeropuerto para este mediodía, poco antes de las 12.00, del cuerpo diplomático acreditado en Damasco, permite deducir que la visita empieza hoy mismo.

La conclusión del acuerdo israelo-libanés, que Tel Aviv sólo se mostró dispuesto a aplicar si Damasco retiraba a su Ejército de Líbano simultáneamente al suyo, provocó una reacción negativa por parte del jefe de Estado sirio, que estimó que la seguridad de su país estaba amenazada.

Ayuda militar masiva

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Menos de cuatro meses después de la firma del tratado, Siria brindó una masiva ayuda militar a las milicias antigubernamentales libanesas y este mes de febrero tampoco dudó en apoyar a los adversarios chiitas y drusos del presidente, que arrebataron al Ejército el control de la mayor parte de la capital y de la montaña, obligando a Amin Gemayel a ceder ante sus exigencias.

Ninguna fuente oficial libanesa quiso confirmar ayer el desplazamiento de Gemayel a Damasco por motivos de seguridad. Todos los dirigentes de la comunidad cristiana maronita de Líbano, con la única excepción del padre del presidente -Pierre Gemayel, jefe del partido falangista-, se han pronunciado en contra de la abrogación del tratado, que coloca, según ellos, a su país bajo la tutela de su poderoso vecino, aliado a su vez de la URSS.

El viaje de hoy será la primera visita oficial del presidente libanés a Siria -en noviembre tuvo que anular un desplazamiento a causa del infarto sufrido por Asad- y también es el primer encuentro entre los dos jefes de Estado desde la cumbre de los no alineados, en marzo de 1983. Siria controla, con cerca de 50.000 soldados de su Ejército, un tercio del territorio libanés.

EE UU ha advertido esta semana a un emisario de Gemayel, Wadih Hadad, que en caso de denuncia del tratado "reduciría su compromiso político con el Gobierno libanés", según reveló ayer el diario izquierdista de Beirut As Safir en un largo artículo de su corresponsal en Washington.

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