Detenido en Barajas un constructor vigués cuando intentaba abandonar el país con su esposa evadiendo cinco millones en divisas

El constructor vigués Álvaro Loureiro Benavides fue detenido el lunes en la zona internacional del aeropuerto de Barajas, cuando se disponía a salir del país en compañía de su esposa y portando en un maletín de cuero una cantidad aproximada a los cinco millones de pesetas en divisas, según se ha podido confirmar en fuentes de la Guardia Civil.Álvaro Loureiro se encontraba en paradero desconocido desde los primeros días de la pasada semana. La empresa de construcciones de la que es propietario fue, hasta 1980, una de las más importantes de la ciudad, y sus pisos tenían fama de ser los mejor con...

El constructor vigués Álvaro Loureiro Benavides fue detenido el lunes en la zona internacional del aeropuerto de Barajas, cuando se disponía a salir del país en compañía de su esposa y portando en un maletín de cuero una cantidad aproximada a los cinco millones de pesetas en divisas, según se ha podido confirmar en fuentes de la Guardia Civil.Álvaro Loureiro se encontraba en paradero desconocido desde los primeros días de la pasada semana. La empresa de construcciones de la que es propietario fue, hasta 1980, una de las más importantes de la ciudad, y sus pisos tenían fama de ser los mejor construidos en cuanto a acabado y calidad de los materiales.

A partir de 1980, la empresa Loureiro empezó a perder credibilidad ante los rumores de la crisis que estaba sufriendo. La constructora hacía firmar letras a los compradores de los pisos por un período de dos años y por un importe del 25% del valor total de los mismos. Vendía sin aval o con los avales de muy poca cuantía, y los últimos tres años han sido calificados en medios financieros como una "huida hacia adelante", construyendo cada vez con menos base económica real. En la actualidad, Álvaro Loureiro tiene diez edificios en construcción solamente en el casco urbano de Vigo.

Quiebra técnica

Todo parece indicar que la empresa ha dado en quiebra técnica, ya que la deuda que tiene en estos momentos es prácticamente el doble de su capital real. El patrimonio actual de Loureiro es de 260 millones de pesetas y la deuda que se le atribuye supera los 500.Álvaro Loureiro Benavides, S. A., llegó a esta situación de endeudamiento por el impago a la Seguridad Social de la parte proporcional de los 120 trabajadores de plantilla desde hace tres años, lo cual supone unos 100 millones de pesetas. Adeuda los salarios a los trabajadores desde noviembre. Tiene una deuda con diversas entidades bancarias en concepto de hipotecas superior a los 230 millones de pesetas, principalmente conel Banco de Galicia y con la Caja de Ahorros Municipal de Vigo. La existencia de estas hipotecas consta en el registro de la propiedad y deben ser pagadas ahora por los compradores de los pisos, que los adquirieron sin saber que existían, ya que en las escrituras figuraban como libres de cargas.

Al conocerse los rumores de la detención de Álvaro Loureiro se ha constituido una comisión de afectados entre los propietarios de las numerosísimas viviendas con hipotecas dobles y con otras irregularidades de venta. En la comisaría de policía hay presentadas varias denuncias contra el señor Loureiro por su presunta estafa.

Dos coches a Portugal

Los administrativos, capataces y empleados de la empresa Loureiro han aceptado las cartas de despido. El resto de los empleados van a solicitar la rescisión de contratos por impago de los salarios y han anunciado que presentarán una denuncia ante la justicia ordinaria por delito social, al tener conocimiento de que la empresa noentregaba a la Seguridad Social la parte que se descuenta a los trabajadores.Además del embargo de los bienes de las oficinas de la empresa, ejecutado por parte de sus numerosos proveedores, fuentes allegadas a los Loureiro Benavides aseguran que faltan del domicilio familiar objetos de gran valor y obras de arte. Se ha podido confirmar que, hace diez días, aproximadamente, pasaron por la frontera de Tuy hacia Portugal, dos coches de la familia Loureiro, cargados de enseres, entre los que podrían encontrarse los citados objetos.

Debido a la buena imagen que Alvaro Loureiro tenía en la ciudad y para proteger su buen nombre, algunas sociedades financieras han intentado ocultar su detención. Se teme que los compradores de los pisos que firmaron letras todavía no vencidas se nieguen a seguir pagándolas.

Estas mismas entidades financieras encubrieron desde el primer momento la situación de quiebra de la empresa, según han denunciado miembros del comité de la constructora de Loureiro.