El incremento del carbón, gas y energía hidroeléctrica, claves de la revisión del PEN

La revisión del Plan Energético Nacional (PEN) se encuentra ya ultimada, según informó Martín Gallego, secretario general de la Energía y Recursos Minerales, en un reciente seminario sobre empresa pública. Entre los objetivos perseguidos está la disminución de los riesgos de vulnerabilidad del sector, mediante el desarrollo de energías nacionales como el carbón, la hidráulica, el gas y la nuclear. Asimismo, se contempla la reducción de los recursos necesarios, tanto materiales como de saneamiento financiero, para abaratar el abastecimiento, y la mejora de la eficiencia, especialmente en la con...

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La revisión del Plan Energético Nacional (PEN) se encuentra ya ultimada, según informó Martín Gallego, secretario general de la Energía y Recursos Minerales, en un reciente seminario sobre empresa pública. Entre los objetivos perseguidos está la disminución de los riesgos de vulnerabilidad del sector, mediante el desarrollo de energías nacionales como el carbón, la hidráulica, el gas y la nuclear. Asimismo, se contempla la reducción de los recursos necesarios, tanto materiales como de saneamiento financiero, para abaratar el abastecimiento, y la mejora de la eficiencia, especialmente en la conservación de energía.

En los últimos años, España ha sido el único país de la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica (OCDE) que ha aumentado su consumo energético por unidad de producto interior bruto. Este hecho, junto al sobredimensionamiento del sector y la desventaja comparativa de nuestro país en el campo de la energía, ha informado la revisión del PEN, que estaba pendiente desde 1981."Hemos tratado de conciliar el Plan Energético con la realidad" han afirmado los autores de la revisión, tras afirmar que estamos en un momento de incertidumbre sobre la energía del futuro. Esta incertidumbre exige la combinación de varios tipos de energía (carbón y nuclear) y la introducción de otras fuentes poco desarrolladas en nuestro país (gas natural). "El Gobierno estima que debemos dejar el futuro abierto. No podemos predeterminar ahora las inversiones del año 2000, esa decisión hay que relegarla al final de la década. No sabemos el peso que tendrá dentro de 20 años la energía de fusión o las energías renovables".

El Gobierno entiende que el sector energético, según Martín Gallego, es un servicio público (las tarifas y precios están controlados) y casi un monopolio ("el ciudadano no puede elegir qué compañía le suministra la electricidad o el gas"). De ahí la necesidad de una cierta intervención y control de la Administración mediante la planificación del desarrollo de las fuentes y el control de la eficacia de la gestión a través de los precios.

La crisis de las empresas de electricidad tras haber emprendido cuantiosas inversiones en los últimos años, pone de manifiesto que, "a veces, el óptimo empresarial no coincide con el óptimo nacional". De hecho, en el mundo sólo existen grandes compañías privadas de electricidad en Estados Unidos y Japón. En cuanto a gasificación, en España falta desarrollar la canalización del gas natural, y hay mucho tercermundismo en la distribución del gas por botellas. Y respecto carbón, la empresa pública está a su pesar en yacimientos subterráneos (Hunosa) y en explotaciones a cielo abierto (ENDESA).

Primar la demanda

Ante este panorama, las primeras medidas tomadas por el Ejecutivo socialista han ido dirigidas a optimizar el sector de cara a los intereses nacionales. Ha habido que iniciar la renegociación de un gravoso contrato de suministro de gas con Argelia, ha habido que reducir las previsiones de energía nuclear y adelantarse a la crisis de las compañías eléctricas, proceder a una integración vertical del sector de hidrocarburos e iniciar la reor ganización ole Campsa.La revisión realizada en el Plan Energético Nacional y la política del Gobierno en este campo para los próximos años va a tratar de adecuar el desarrollo del sector a la demanda, "y no a la oferta, como se había venido haciendo". Desde estos postulados esbozó una serie de actuaciones:

Carbón. A Hunosa ("hay quien dice que más que una mina es una fábrica de empleo en una región deprimida") habrá que buscarle una solución en el marco de las empresasen crisis pendientes de sanear. Carboex "es evidente que no va a tener que importar mucho carbón en los próximos años", pero podría continuar con una actividad reducida de importación de carbón para mezclar con el nacional (que no tiene mucho poder calórico) y para reexportar.

Petróleo. Proseguir con la integración vertical de la explotación, refino y distribución de crudos, y configuración de la nueva Campsa. Aquí, según el director general, hay dos riesgos: primero,) que los refineros, una vez dentro de Campsa, presionen al monopolio para imponer precios ineficaces; segundo, que no se sientan vinculados a la nueva empresa.

Gas. Además de la renegociación del contrato con Argelia, se pretende una coordinación entre Enagás y Butano, y potenciar empresas de distribución de Enagás.

Nuclear. Martín Gallego habló de cuatro centrales, y no de cinco, como se había dicho anteriormente, al referirse al "parón nuclear". En minería, afirmó que hay bastantes yacimientos de uranio identificados, y en cuanto a tecnología habló de una mayor participación nacional, especialmente en el ciclo de combustible.

Electricidad. Además de la nacionalización de la red de transporte, "hay que continuar el proceso de reestructuración de las eléctricas, y sería bueno que las empresas públicas no quedaran en un papel residual". Hay que ampliar la capacidad hidráulica.

Energía renovable. Hay que incidir sobre empresas tradicionales, que puedan reciclar parte de la energía consumida, lo que ayudará al sector de bienes de equipo.

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