Cartas al director

Planetarios y lenguas

Lamento la inexperiencia de Darío Pescador, que en un reciente viaje a Barcelona quiso visitar un planetario y, según su carta a EL PAIS, quedó "defraudado" porque en su sesión las explicaciones se daban en catalán, lengua que no domina. Lamento, también, la inexperiencia que exhibió al informarse. En el Museo de La Ciencia hay anuncios perfectamente visibles que señalan que el castellano no se usa "una vez a la semana" -como decía en su escrito-, sino que todos los sábados y domingos (los dias de mayor afluencia) la sesión del mediodía y la de media tarde se hacen en esa lengua. Tampoco es so...

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Lamento la inexperiencia de Darío Pescador, que en un reciente viaje a Barcelona quiso visitar un planetario y, según su carta a EL PAIS, quedó "defraudado" porque en su sesión las explicaciones se daban en catalán, lengua que no domina. Lamento, también, la inexperiencia que exhibió al informarse. En el Museo de La Ciencia hay anuncios perfectamente visibles que señalan que el castellano no se usa "una vez a la semana" -como decía en su escrito-, sino que todos los sábados y domingos (los dias de mayor afluencia) la sesión del mediodía y la de media tarde se hacen en esa lengua. Tampoco es solvente su información sobre lo de que el planetario es "el único en nuestro país": Barcelona tiene exactamente cuatro. En dos de ellos -el de la Escola del Mar y el de la Escuela de Naútica- todas las explicaciones se hacen en castellano, en el Planetarium Barcelona se alternan las dos lenguas, y en el citado Museo de la Ciencia hay predominio del catalán pero con la salvedad citada.Voy a precisar lo que quería decir al aludir a la "inexperiencia" de este estudiante. En España, que es plural en lenguas aunque predomine el castellano, hay que acostumbrarse, con naturalidad y sin rasgarse las vestiduras, al ejercicio sistemático de informarse sobre la lengua en que se hacen las cosas. Los catalanes, por ejemplo, deseamos ofertas de cine, teatro, conferencias, exposiciones... en nuestra lengua, por lo que se organiza de todo tanto en castellano como en catalán, aunque con predominio del primero. Entonces, lo que no vale es despreciar esa realidad, no enterarse de las cosas, entrar en los sitios y quejarse después si la casualidad no coincide con los gustos de uno. La oferta que hace en estos momentos Barcelona en el terreno de los planetarios es indicativa de ello. La carta de Darío Pescador, que ha podido crear una imagen deformada de Cataluña, refleja la superficialidad de muchas de las eríticas que se hacen en este terreno./

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