La complejidad de las urnas

El colegio electoral venezolano está constituido por 7,8 millones de votantes. El porcentaje de participación ha sido históricamente superior al 90%, ya que la abstención está penalizada con multa o prisión sustitutoria y la imposibilidad de realizar contratos con el Estado, obtener pasaporte o diploma de estudios.De las urnas saldrán elegidos no sólo el presidente de la República, sino también los diputados, senadores y miembros de las asambleas legislativas de los Estados. El sistema electoral es de tal complejidad que ni siquiera permite anticipar el número exacto de escaños en el Congreso ...

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El colegio electoral venezolano está constituido por 7,8 millones de votantes. El porcentaje de participación ha sido históricamente superior al 90%, ya que la abstención está penalizada con multa o prisión sustitutoria y la imposibilidad de realizar contratos con el Estado, obtener pasaporte o diploma de estudios.De las urnas saldrán elegidos no sólo el presidente de la República, sino también los diputados, senadores y miembros de las asambleas legislativas de los Estados. El sistema electoral es de tal complejidad que ni siquiera permite anticipar el número exacto de escaños en el Congreso y el Senado.

Por sistema proporcional corregido (ley D'Hondt) se eligen 184 diputados y 42 senadores, conforme a listas cerradas de los partidos. Hasta aquí el sistema es idéntico al español, con la única diferencia de que la elección senatorial se rige con las mismas reglas que la del Congreso.

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Para evitar que la ley D'Hondt prime a los partidos niás fuertes en perjuicio de las minorías, se establece un sistema de compensación según un complejo proceso matemático: el número de votos válidos emitidos se divide por 184 y 42 a fin de obtener el promedio nacional por cada diputado y senador; a continuación, se dividen los sufragios de cada partido por ese cociente nacional, para obtener así el número de diputados y senadores que corresponde a cada sigla, de acuerdo a una rigurosa proporcionalidad.

En virtud de este sistema se calcula que la composición final del Congreso oscilará en torno a los 204 miembros, y la del Senado, alrededor de los 45. Las asambleas legislativas estatales tienen en conjunto 308 diputados.

La lucha por los cuerpos legislativos tiene una importancia secundaria en un sistema fuertemente presidencialista como el de Venezuela, donde un presidente puede gobernar sin aprietos aun en rninoría parlamentaria. De ahí que los dos grandes partidos se desinteresen por esta pugna para centrar todo su esfuerzo en el sillón del palacio de Miraflores, que es donde radica el poder real.

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Para los partidos minoritarios, esta es, sin embargo, la disputa fundamental, ya que es la única pauta de sus avances y retrocesos en el electorado.

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