Españá dejará de comprar a Francia como presión para forzar el ingreso en la CEE

El Gobierno español ha empezado a congelar su comercio de Estado con Francia en todos aquellos sectores que están pendientes de renovación, que sean de nueva autorización o que vayan a suponer contratos una vez que se terminen los estudios que se realizan, hasta que el Gobierno francés cambie de actitud respecto a la entrada de España en la CEE y elimine los continuos obstáculos al proceso negociador. El sector de Defensa será el que sufra mayor repercusión, ya que el valor de las compras previsibles de España a Francia en el próximo año ascienden a 150.000 millones de pesetas.

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El Gobierno español ha empezado a congelar su comercio de Estado con Francia en todos aquellos sectores que están pendientes de renovación, que sean de nueva autorización o que vayan a suponer contratos una vez que se terminen los estudios que se realizan, hasta que el Gobierno francés cambie de actitud respecto a la entrada de España en la CEE y elimine los continuos obstáculos al proceso negociador. El sector de Defensa será el que sufra mayor repercusión, ya que el valor de las compras previsibles de España a Francia en el próximo año ascienden a 150.000 millones de pesetas.

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Esta decisión, que fue discutida y aprobada en Consejo de Ministros hace varias semanas y que puede no limitarse sólo al caso de Francia, tendrá un carácter temporal y puede ir acompañada, en caso de que París cambie de actitud, de una buena disposición española para negociar un paquete de contratos con la industria del país vecino. La medida no afecta al comercio bilateral privado, en el que el balance es favorable a España, y que en lo que va de año ha representado un nuevo incremento cuantitativo y en índice de cobertura.El término más diplomático y quizá más correcto que se da al estudio ordenado por el Gobierno a los diferentes departamentos ministeriales, y que se ha iniciado ya en forma escalonada, es el de globalización. En adelante, las relaciones entre Gobiernos, y en especial con Francia, serán globalizadas de forma que, al contrario de lo que ha ocurrido en las dos cumbres celebradas hasta ahora, acudan, junto a los ministros del Comercio o de Relaciones con las Comunidades Europeas, los de "Defensa o Industria.

Según ha sabido EL PAÍS, una de las primeras decisiones en este sentido ha sido paralizar la reciente autorización del Consejo de Ministros para comprar 75 millones de litros de leche fresca, de los que el Servicio Nacional de Productos Agrarios (Senpa) iba a adquirir unos 70 millones de litros a Francia. La leche importada se iba a destinar, en su mayor parte, a abastecer de materia, prima a las centrales lecheras e industrias lácteas de la zona sur de España, y se limitarían o suspenderían en caso de que se produjeran aumentos en la producción nacional.

Según las fuentes consultadas, otra compra paralizada de momento en el sector agropecuario ha sido la de sementales charoleses, por un valor de 2.000 millones de pesetas. La concesión a Francia de la renovación de los ferrocarriles españoles ha sido también aparcada. España podrá orientar hacia otros mercados las compras de cereal, como el maíz, y que hasta ahora se hacían mayoritariamente a Francia.

Aunque en estos casos y en otras licencias pendientes de renovación, que serán revisadas, la8 cantidades en juego son importantes, nunca alcanzarían los montos económicos que supondría la no firma de contratos en puertas en el sector de armamento y de la defensa, donde las previsiones para 1984 superan los 150.000 millones de pesetas. Francia es hoy, después de Estados Unidos, el segundo proveedor de armamento a las Fuerzas Armadas españolas.

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Las compras de armamento, por valor de 1500.000 millones de pesetas, principal baza española frente a Francia

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Los programas de compra que tiene en estudio el Ministerio de Defensa consisten en la adquisición de misiles antiaéreos de baja cota (utilizables contra aviones en vuelo rasante), por valor de 33.000 millones de pesetas, decisión que está previsto adoptar en diciembre y de la que pretenden beneficiarse Francia y la República Federal de Alemania, que coproducen el Roland, en dura competencia con el Reino Unido, que produce el Rapier, y Estados Unidos, que fabrica el Chaparral.

El Ejército de Tierra español está pendiente de decidir también, para febrero o marzo del próximo año, entre dos modelos de carros de combate, el francés AMX-32 o el germano occidental Leopard, con un presupuesto aproximado de 100.000 millones de pesetas.

Por último, permanecen en estudio un proyecto para compra de helicópteros, a Francia o Estados Unidos, por valor de cerca de 10.000 millones de pesetas, y otros programas, aún en fase preliminar de examen, para la adquisición de misiles aire-aire, de un submarino nuclear -en el que Francia tiene un interés muy especial, para producirlo conjuntamente con España- y de sistemas de comunicaciones.

Después de casi un año de intentar obtener de los 10 países del Mercado Común una respuesta clara sobre la voluntad política de integrar a España en la CEE, el Gobierno de Felipe González anunció hace un mes, con motivo de la cumbre socialista del Mediterráneo, en Atenas, que si esa respuesta no llega para diciembre, tendrá que pensar en nuevas alternativas para la economía y para la política exterior española. La decisión de globalizar las relaciones bilaterales con las naciones comunitarias y utilizar la presión económica de desviar su comercio hacia aquéllas que no opongan resistencia al ingreso de España es un primer aviso del Gobierno en ese sentido.

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