Reagan descarta una política de control del déficit presupuestario

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, en su discurso ante la asamblea anual del FMI, que ha sido particularmente crítica de los tipos de interés y elevados déficit en Estados Unidos, descartó ayer que la política económica de Washington se oriente hacia una reducción del déficit fiscal, lo único que podría hacer bajar los tipos de interés a nivel mundial y aliviar, en consecuencia, los problemas de pago de los países deudores."No arriesgaremos sabotear nuestra expansión económica en un intento miope para reducir el déficit mediante el incremento de los impuestos. Lo que los incremen...

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El presidente norteamericano, Ronald Reagan, en su discurso ante la asamblea anual del FMI, que ha sido particularmente crítica de los tipos de interés y elevados déficit en Estados Unidos, descartó ayer que la política económica de Washington se oriente hacia una reducción del déficit fiscal, lo único que podría hacer bajar los tipos de interés a nivel mundial y aliviar, en consecuencia, los problemas de pago de los países deudores."No arriesgaremos sabotear nuestra expansión económica en un intento miope para reducir el déficit mediante el incremento de los impuestos. Lo que los incrementos de impuestos harán ahora es reducir de hecho el crecimiento económico al desalentar el ahorro, la inversión y el consumo", dijo Reagan.

La economía norteamericana ha experimentado incrementos en su producto nacional bruto (PNB) del orden del 9,7% en el segundo trimestre del año. Para este año, el crecimiento del PNB se estima que superará el 5% y para 1984, el secretario del Tesoro, Donald Reagan, ha anticipado un crecimiento del orden del 4,5%. Estados Unidos, sin embargo, tendrá un déficit presupuestario del orden de los 200.000 millones de dólares el año próximo (más del 8% del PNB) y un déficit por cuenta corriente de 45.000 millones de dólares.

Con estas magnitudes, que fuerzan al Tesoro norteamericano a recabar continuamente recursos del sector privado para financiar tales déficit, los tipos de interés reales se mantienen considerablemente altos evitando una salida coordinada de la crisis. Fundamentalmente, el fantasma de la inflación se cierne sobre la economía de Washington, pese a los logros también alcanzados en ese frente.

En su intervención, Reagan rechazó como carentes de fundamento todos estos riesgos y señaló que Estados Unidos, fiel abogado de la economía de libre mercado, no hará nada que perjudique sus intereses inmediatos.

El discurso de Reagan ante los banqueros y delegados de los países miembros del FMI estuvo cargado de referencias filosóficas a la política norteamericana que, según Reagan, persigue tres objetivos principales e interdependientes: seguridad, libertad y prosperidad.

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