Comienza en Addis Abbeba una crítica reunión de la OUA sobre la suerte del Sáhara

Después de haber dejado planear serias dudas sobre su participación en la reunión del comité de aplicación del referéndum para el Sáhara, abierta ayer en Addis Abeba (Etiopía), el príncipe heredero de Marruecos, Sidi Mohamed, representa a su país en un encuentro en el que se pretende conciliar las posiciones irreductiblemente contradictorias de marroquíes y polisarios. El comité sobre el Sáhara de la Organización para la Unidad Africana (OUA) se reunió a puerta cerrada para comenzar conversaciones informales antes de una reunión que diplomáticos africanos consideran decisiva.

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Después de haber dejado planear serias dudas sobre su participación en la reunión del comité de aplicación del referéndum para el Sáhara, abierta ayer en Addis Abeba (Etiopía), el príncipe heredero de Marruecos, Sidi Mohamed, representa a su país en un encuentro en el que se pretende conciliar las posiciones irreductiblemente contradictorias de marroquíes y polisarios. El comité sobre el Sáhara de la Organización para la Unidad Africana (OUA) se reunió a puerta cerrada para comenzar conversaciones informales antes de una reunión que diplomáticos africanos consideran decisiva.

Los representantes de los siete países africanos que integran el comité tienen 48 horas para lograr la misión imposible de que el referéndum en el Sáhara, previsto por las resoluciones de la 18ª cumbre de la OUA de Nairobide 1981, se lleve a cabo antes de fin de este año, en los términos y plazos complementarios decididos hace tres meses en la 19ª cumbre de Addis Abeba.Tres jefes de Estado, Julius Nyerere, de Tanzania; Siaka Stevens, de Sierra Leona, y Seku Ture, de Guinea, asisten a esta reunión junto al presidente en ejercicio de la OUA y jefe de Estado etíope, Haile Mariam, y los ministros de Asuntos Exteriores de Sudán, Mali y Nigeria, los otros tres países miembros del comité de aplicación. Mohamed Abdelazis asiste en representación de la República Árabe Saharaui Democrática, admitida como 51º Estado miembro de la OUA en una decisión tomada por el ex secretario general Edem Kodjo en la reunión administrativa de la OUA en febrero de 1982.

Esa decisión, que puso al borde del estallido a la organización africana, impidió la celebración normal de la 19ª cumbre en Trípoli (LIbia), dos veces fracasada. Debido a las resoluciones tomadas en Addis Abeba en junio y julio pasados, que pedían la negociación directa del alto el fuego entre marroquíes y polisarios, la celebración del referéndum parece hoy más hipotética que nunca, salvo que las presiones internacionales lleven a las dos partes a concesiones recíprocas.

Presencia de la ONU

Un representante de las Naciones Unidas, Abdurjhim Farah, encargado de los asuntos políticos especiales, toma parte en las discusiones, como prueba adicional del interés de la organización internacional por la solución de este conflicto norteafricano.La Prensa marroquí interpretaba ayer la participación de Marruecos como el último intento del reino "por salvar a la OUA y demostrar la buena voluntad de Rabat para cumplir con las resoluciones de Nairobi I, II y III, que son las únicas que Marruecos reconoce.

En la cumbre de Addis Abeba última -que Marruecos no reconoce como válida en lo que a las resoluciones sobre el Sáhara se refiere, por considerar que las decisiones de Nairobi eran definitivas- se determinó que las partes interesadas, que fueron explícitamente mencionadas como Marruecos y el Polisario, acordaran en conversaciones directas un alto el fuego. También, y además, que se procediese a censar a los saharauis con derecho a votar en el referéndum, para que éste pudiera llevarse a cabo antes de fin de año, sin la presencia -considerada coactiva- de las fuerzas armadas marroquíes actualmente en el Sáhara.

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Horizonte oscuro

La reconciliación entre Marruecos y Argelia, que estaba condicionada por la celebración del referéndum y la solución satisfactoria para todos del conflicto, parece de nuevo comprometida. La entrevista entre el presidente Chadli Benyedid, de Argelia, y Hassan II de Marruecos, a principios de este año no llevó al entendimiento esperado, y en la actualidad parece no haber sido más que el resultado de un fenomenal equívoco.Por un lado, el de los argelinos, por creer que con la reconciliación los marroquíes estarían dispuestos a una solución que llevase a una cierta autonomía y posteriormente a la creación de un Estado; por otro, el de los marroquíes, por suponer que al aceptar entrevistarse con el rey Hassan II, Chadli Benyedid estaría dispuesto a sacrificar al Polisario en el altar de la reconciliación magrebí.

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