El debate parlamentario del día 20 / y 2

Unanimidad de la oposición en calificar de incoherente la política exterior del Gobierno

Después de 10 meses en el poder, el Gobierno socialista ha conseguido aunar a la oposición parlamentaria, a uno y otro lado del espectro político, en contra de su política exterior, que todos coinciden en calificar de "no existente, incoherente y peligrosamente ambigua". Los argumentos sobre los que basan estas apreciaciones los comunistas y el Grupo Popular difieren completamente, y así lo expondrán sus respectivos portavoces en la sesión inaugural del período legislativo que el Gobierno ha escogido para presentar su estado de la Unión.

Aunque los grupos políticos responderán en la ses...

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Después de 10 meses en el poder, el Gobierno socialista ha conseguido aunar a la oposición parlamentaria, a uno y otro lado del espectro político, en contra de su política exterior, que todos coinciden en calificar de "no existente, incoherente y peligrosamente ambigua". Los argumentos sobre los que basan estas apreciaciones los comunistas y el Grupo Popular difieren completamente, y así lo expondrán sus respectivos portavoces en la sesión inaugural del período legislativo que el Gobierno ha escogido para presentar su estado de la Unión.

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Aunque los grupos políticos responderán en la sesión del próximo martes a las referencias que sobre aspectos internacionales haga el presidente Felipe González, todos coinciden también en la necesidad de que más adelante se produzca un debate exclusivo sobre política exterior. El propio Felipe González no se opone a este debate independiente sobre temas exteriores, que fue aplazado a principios del verano con la excusa del calendario legislativo, pero en algunos sectores de: la oposición se duda que el Grupo Parlamentario Socialista acceda a celebrar un pleno sobre la materia antes de final de año, y se teme que todo quede reducido al tratamiento en la Comisión de Exteriores de la Cámara.Felipe González pondrá especial énfasis en el mayor grado de definición alcanzado por la política exterior de su Gobierno y la notable mejora de relaciones con los países vecinos, uno de los objetivos fijados en su discurso de investidura del 30 de noviembre pasado. La firma de un acuerdo global de cooperación con Marruecos que permitirá a la flota pesquera del sur de España faenar por otros cuatro años, la negociación en curso para reducir la compra de gas natural con Argelia, la institucionalización de los contactos a alto nivel con Francia y la próxima cumbre hispano-portuguesa del 11 de noviembre, entran dentro de ese objetivo.

Por lo que respecta a la definición del papel de España en Occidente, el presidente González recordará el éxito de la recién clausurada: Conferencia de Seguridad, los acuerdos bilaterales con Estados Unidos y los avances en las negociaciones para la entrada en el Mercado Común. Felipe González repetirá la promesa de celebrar un referéndum sobre la pertenencia de España a la OTAN, cuya última fecha prevista es 1985, y la continuación de los esfuerzos para apoyar una solución de paz en Centroamérica.

Para el PCE, Felipe González ha cumplido al pie de la letra sus palabras en el debate de investidura, el pasado 1 de diciembre, cuando dijo que "ojalá en los temas de política internacional las variaciones que tengamos que ir introduciendo sean siempre las mínimas". Hasta el punto, señalan los comunistas, que no ha definido en política exterior lo que es el cambio. "En los grandes temas de política exterior no se ve una acción distinta de la de la época Suárez", afirma el portavoz de prensa del Comite Central del PCE, Andreu Claret.

PCE: "Actitud acomodaticia"

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Para Claret, más que un cambio habría que hablar de una "actitud acomodaticia", primero frente a los norteamericanos y, en general, a todo tipo de presiones exteriores. "El Gobierno socialista nos está instalando en un mundo de tensiones, y eso es peligroso", añade el portavoz comunista, para quien el PSOE se ha colocado con el sector más atlantista de la Internacional Socialista, en lugar de aprovechar la fuerza de sus 10 millones de votos para "hablar con una voz más fuerte en los foros europeos en contra de los bloques, de la OTAN, & las bases y de los euromisiles".

Para el PCE, que aboga por una política neutralista para España, el Gobierno se equivoca retrasando la fecha del referéndum OTAN hasta 1985, si la excusa es que para esa fecha puede haber un presidente distinto en Washington. "La presión norteamericana para que España siga en la OTAN no va a cambiar en el hipotético caso de que Reagan salga de la Casa Blanca". Sobre este tema el PCE tiene las cifras muy claras, y de ahí la decisión de su comité ejecutivo de aumentar las campañas populares en los próximos meses.

Según la última encuesta de opinión en poder del PCE, el 85,6% de la población en general desea el referéndum (de los jóvenes, el 91,7%, y de los militantes del PSOE, el 84,8%). Para el 62,7% la consulta debería hacerse en éste año y para el 69,9% la respuesta es salirse de la OTAN. El partido del Gobierno da la media en todas las preguntas. Un dato curioso de la encuesta es que un 40% de los votantes de Alianza Popular están también en contra de la presencia española en la Alianza Atlántica.

Para el Grupo Popular del Congreso, la indefinición ha sido la nota más característica de la política exterior del Gobierno en los últimos 10 meses. Para el portavoz aliancista en temas internacionales, Guillermo Kirkpatrick, es la promesa de Felipe González en su discurso de investidura de "hacer una política de Estado, no partidista" y "en la que no quepa lugar para la improvisación, las contradicciones o la inconsecuencia", lo que no se ha cumplido. Al margen de la ambigüedad utilizada en el tema OTAN, que mantiene a los aliados cada vez más perplejos, otros temas en los que se prometió acción, como la ayuda a los emigrantes españoles o el Tratado de No Proliferación Nuclear, han sido olvidados.

Kirkpatrick se muestra crítico también con la rigidez y exceso de formalismo utilizado por el. PSOE en los debates de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso durante los meses pasados, y en concreto, para incorporar temas de actualidad a su orden del día.

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