Iberia será la primera empresa pública que bajará los salarios para mantener la plantilla fija de trabajadores

La compañía Iberia será la primera empresa pública que para hacer frente a la crisis que padece bajará los salarlos de su personal (no solamente en términos reales, sino también en términos monetarios), como alternativa al mantenimiento de. la plantilla, cercana a las 25.000 personas. Algunos datos de esta crisis fueron avanzados la pasada semana por el presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), quien afirmó que Iberia está experimentando un fuerte deterioro en sus cuentas de explotación en los primeros meses del año, por lo que habrá que proceder a una disminución de la actividad d...

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La compañía Iberia será la primera empresa pública que para hacer frente a la crisis que padece bajará los salarlos de su personal (no solamente en términos reales, sino también en términos monetarios), como alternativa al mantenimiento de. la plantilla, cercana a las 25.000 personas. Algunos datos de esta crisis fueron avanzados la pasada semana por el presidente del Instituto Nacional de Industria (INI), quien afirmó que Iberia está experimentando un fuerte deterioro en sus cuentas de explotación en los primeros meses del año, por lo que habrá que proceder a una disminución de la actividad de la compañía, en rutas y número de aviones (se venderán entre 7 y 9 aparatos), reducción salarial y de plantillas, etcétera.

Según fuentes de la compañía, cuando Espinosa entra a presidir Iberia, se encuentra con un Programa Operativo Anual (POA) 1982-1983 claramente voluntarista, consistente en incrementar los ingresos lo suficiente para hacer frente a un volumen de gastos, con unas pérdidas cercanas a los 3.000 millones de pesetas. En abril se hace una revisión del POA, que lleva a unas pérdidas a fin de año de 9.000 millones de pesetas. Los gastos de la compañía (personal, combustible y otros gastos) son muy inelásticos y existe una tendencia al alza entre un 1% y un 2% sobre lo previsto. Sin embargo, el gran desfase se da entre los ingresos, claramente sobrevalorados.

Causas coyunturales

Las causas coyunturales de este desfase en los ingresos son, entre otras, las siguientes: un programa de verano (período abril-octubre), que elaboró la anterior administración de la compañía, muy poco realista, que estaba ya elaborado en febrero y que no se pudo rectificar; un "gigantesco pinchazo" en los ingresos provenientes de los vuelos hacia varios países latinoamericanos (por ejemplo, México o Venezuela), por problemas cambiarios de las monedas o restricciones gubernamentales a las salidas turísticas.

También ha habido otro pinchazo en los ingresos, por otros problemas en países europeos, como Francia, República Federal de Alemania o Suiza. Por ejemplo, las restricciones turísticas francesas. Otro tipo de razones se encuentran en el caos tarifario y proliferación del pirateo por las compañías teóricamente dedicadas al charter, en el retraso y recorte de tarifas ("Se nos retrasó en dos meses y con dos puntos menos de lo pedido la subida de tarifas", dicen portavoces de Iberia). Menores ingresos del handling por descenso en el número de operaciones sobre España, atonía en el tráfico de mercancías, la apreciación constante del dólar (las estimaciones estaban hechas con un cambio peseta/dólar de 138, y en la actualidad roza las 150), etcétera, cierran el cuadro de una merma de ingresos que va directamente a la cuenta de resultados de la compañía.

Estas dificultades, aparecidas en los últimos tiempos, se añaden a las estructurales de la compañía. Estas últimas son descritas en los siguientes términos: Iberia soporta tráficos insulares, e interinsulares a precios políticos y sin compensación presupuestaria; lo mismo ocurre con las bonificaciones a las familias numerosas; Iberia está todavía hoy en una dinámica de creciniento, en un momento de enorne rigidez en la oferta, rigidez en los costes, falta de agresividad comercial y escasa capacidad de reacción inmediata ante los descensos de la demanda; la compañía tiene una estructura pesada y poco funcional (muy burocratizada y con personal poco polivalente); existe una estructura financiera desfavorable; unos salarios y prestaciones por encima de la media; zonas de absentismo, etcétera.

Cinco meses de gestión

Con esta perspectiva, Espinosa de los Monteros y su equipo han hecho un análisis de los cinco meses que llevan al frente de Iberia. "Al llegar", dice uno de los integrantes del equipo, "persistía la falsa convicción de que la crisis, que ha afectado a todas las compañías aéreas, no alcanzaba a Iberia. Ha habido un exceso de voluntarismo y falta de rigor en las predicciones; los datos de junio han evidenciado que el tópico del verano no se iba a cumplir en esta ocasión. Iberia no tuvo capacidad de reacción cuando, tras haber planificado 1983, vinieron una serie de datos desfavorables, tales como el incremento del 33,3% en el precio del queroseno, la apreciación constante del dólar, o el hundimiento de las economías de países como México o Venezuela. En febrero resulta ya imposible replantear la operación de verano debido a la inelasticidad de los costes y a problemas de prestigio comercial".

Todo esto implica que, bajo la incógnita de lo que ocurra en los meses de agosto, septiembre y octubre (el ejercicio de la compaftía se contabiliza con fecha primero de noviembre-31 de octubre), las pérdidas de la compañía oscilarán entre los 9.000 millones y los 25.000 millones de pesetas.

Mantener la plantilla fija

Y estos datos no son consentidos por la nueva Administración socialista, como se acaba de ver en las declaraciones del ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, ante los presidentes de las empresas públicas españolas, reunidos en el INI la pasada semana. En esta reunión, el presidente de Iberia, Espinosa de los Monteros, además de explicar la situación en que se encontraba la compañía, describió el plan de futuro para cortar la dinámica de pérdidas crecientes. Este plan, al que ha tenido acceso EL PAÍS, tiene los siguientes puntos esenciales:

- Replanteamiento de las operaciones para el invierno 1983-1984, con reducción de la frecuencia de los vuelos y del calibre de los aviones; análisis línea por línea; penetración en nuevos mercados con oportunidad de negocio y potenciación de la estructura de la red. Todo esto lleva consigo un redimensionamiento de la flota. En otras palabras, sobran aviones, que intentarán ser utilizados en charter, alquilados, y sólo en un último extremo, vendidos. Los directivos de Iberia son poco partidarios de esta venta, pese a lo anunciado por el presidente del INI, ya que el desprenderse de aviones implica abandonar capacidad de vuelo en caso de una posible reactivación.

- Mantener la plantilla fija sin acudir a regulaciones de empleo. Esto sólo será posible reduciendo los costes de personal y bajando los salarios en términos monetarios, no sólo reales. Espinosa de los Monteros explicó que prefiere la "solución Sabena" (sacrificios salariales para mantener el nivel de empleo), que la "solución British Airways" (reducir plantilla para bajar los gastos). Iberia tiene, además de una plantilla fija, una estructura de unos 2.300 eventuales, que serían los primeros en abandonar los puestos de trabajo.

Todo este plan va a ser inmediatamente negociado, de aquí a septiembre, con los sindicatos representativos presentes en la compañía. - Empleo de la flota sobrante en charter, comercializado por Aviaco, con una integración progresiva -no fusión- entre ambas compañías.

- Plan general de contención de costes de Iberia: creación de una dirección de auditoría y control (que llevará Ignacio Montaño) y análisis previo de rentabilidad para todas las inversiones.

- Negociación con la Administración de un contrato programa para cubrir las prestaciones de servicios de interés general a tarifa por debajo del coste.

- Información y participación de los integrantes de la plantilla: negociación de los aspectos salariales y/o laborales.

Preguntado Espinosa de los Monteros por la viabilidad de este programa declaró que "la demanda no es la que se creía y cae más deprisa de lo previsible. Por tanto hay que ajustar la empresa a esta situación por el lado de la oferta. El programa de futuro está mucho más vertido en el componente de los gastos que en el de los ingresos, en el que poco podemos hacer. Nos hemos reflejado en el espejo de lo que han hecho otras compañías aéreas, que afrontaron la crisis antes que nosotros. Lo más nefasto sería que alguien creyese que el espejo no deben ser estas compañías, sino el ejemplo de Renfe. Claro, comparado con el problema de Renfe, que tendrá un déficit de más de 180.000 millones, Iberia no tiene dificultades. Pero esta a no es una comparación homogénea".

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