Transportes prohíbe hacer el trayecto Madrid-Barcelona a los autocares 'piratas' que lo cubren desde hace nueve años

El Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones ha prohibido a la empresa Ozáez, SA, y a otras de menor importancia, realizar el transporte de viajeros entre Madrid y Barcelona porque carecen de la necesaria concesión oficial. Algunas de estos sociedades, que han sido sancionadas con multas de escasa cuantía, venían cubriendo el trayecto legalmente desde hace nueve años, sin que en ese tiempo se emprendiera ninguna acción contra ellas. Desde el pasado jueves, el servicio es efectuado por la sección de transportes por carretera de Renfe, que ha implantado un precio 300 pesetas más caro....

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones ha prohibido a la empresa Ozáez, SA, y a otras de menor importancia, realizar el transporte de viajeros entre Madrid y Barcelona porque carecen de la necesaria concesión oficial. Algunas de estos sociedades, que han sido sancionadas con multas de escasa cuantía, venían cubriendo el trayecto legalmente desde hace nueve años, sin que en ese tiempo se emprendiera ninguna acción contra ellas. Desde el pasado jueves, el servicio es efectuado por la sección de transportes por carretera de Renfe, que ha implantado un precio 300 pesetas más caro.

Más información

La decisión ministerial fue adoptada después de que en los últimos meses los responsables de la Dirección General de Transportes estudiaran a fondo la situación de las líneas que hacían este servicio. Manuel Panadero, director general de Transportes, manifestó que la historia se remonta a varios años atrás, cuando algunas empresas comenzaron a trasladar entre Madrid y Barcelona a soldados que hacían su servicio militar. Sin embargo, la demanda potencial de este servicio, en el que no había ninguna empresa que tuviese una concesión oficial del ministerio, motivó que este tipo de compañías se multiplicara.Panadero explicó que "el servicio se hizo permanente y era conocido por todo el sector. Incluso alguna empresa llegó a subcontratar con autónomos la realización del trayecto al verse superada por la demanda. Cuando llegamos aquí, vimos que la actuación de anteriores administraciones no había puesto fin a una situación de todos conocida, por lo que, para hacer un estudio de la influencia, realizamos una inspección, a la salida de Madrid un viernes. Los miembros de la Agrupación Provincial de Tráfico de la Guardia Civil contabilizaron cerca de 40 autocares llenos de personas con destino a Zaragoza y Barcelona".

Los responsables del ministerio optaron por tomar medidas urgentes, ante la importancia de un servicio considerado pirata y necesitado de una regulación, y teniendo en cuenta las presiones ejercidas por Renfe -cuyos ferrocarriles en los últimos años han sentido la fuerte competencia de estos autocares- y las protetas de la concesionaria del servicio entre Zaragoza y Barcelona, perjudicada por la parada que hacían los autobuses que partían de Madrid y de la capital catalana. Esta empresa paga la contribución fijada para poder desarrollar en exclusiva el servicio entre ambas ciudades, pero sufría la competencia de una compañía que, al no estar sujeta a deberes fiscales, podía establecer unas tarifas más baratas.

"Primero intentamos llegar a un acuerdo oficioso con estas empresas para que no pararan en Zaragoza", agregó Panadero, "y se les aconsejó que fueran reduciendo el servicio mediante su participación en otras funciones autorizadas, como el traslado de ancianos o de soldados. Pero no sólo no nos hicieron caso, sino que aumentaron el servicio".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Bar y "vídeo pornográfico"

La Dirección General de Transportes decidió entonces poner fin a esta situación, por lo que autorizó a Renfe a que se encargue del servicio, provisionalmente, hasta el 31 de diciembre de este año, y prohibió a las empresas que continuaran cubriendo el trayecto. "No se podía seguir permitiendo un servicio pirata. Los autocares salían cuando estaban llenos, sin un horario fijo, sin ningún control fiscal de las empresas y sin un seguro obligatorio para los viajeros, aunque aIgunas empresas contrataran un seguro con una compañia privada", manifestó Panadero. "Es más, en una ocasión, en la Administración anterior, al ministro le visitaron unas monjas que, tras alabar lo bueno que era el servicio, protestaron porque, según ellas, les habían puesto en el vídeo del autocar una película pornográfica".Aparte de la prohibición, los departamentos de Turismo y de Transportes realizaron inspecciones conjuntas, que impidieron que las empresas pudieran alegar que efectuaban viajes turísticos cuando llegaba el delegado de Transportes y argumentasen que realizaban rutas de transporte cuando el inspector correspondía a Turismo. "Precisamente, en muchas ocasiones no se ha podido ejercer un control porque las empresas argumentaban que estaban realizando un servicio turístíco contratado por una agencia. Como consecuencia de la investigación realizada, detectamos que había cuatro agencias que, bajo la apariencia de viajes turísticos, vendían billetes para estas líneas piratas. En este momento hay una propuesta para clausurar tres de estas agencias".

"El mantenimiento del servicio Madrid-Barcelona se ha logrado gracias al acuerdo alcanzado entre Renfe y los transportistas que hacían el trayecto, excepto la empresa Ozáez, la que mayor volumen de viajeros desplazaba, y otra de menor importancia, a las que por lo menos hasta fin de año se ha excluido de la participación".

Según el acuerdo logrado con la mediación de la Dirección General de Transportes, el primer autocar que sale es de Renfe, y el resto corresponde a las empresas a las que se ha permitido continuar el servicio y han accedido a prestarlo en las condiciones impuestas por la Administración, hasta que se convoque concurso para la concesión oficial de la línea. Los autocares en servicio han de tener menos de cinco años, más de 200 caballos de potencia, aire acondicionado y preferiblemente vídeo. El precio del viaje es de 1.800 pesetas, 300 más que lo que se cobraba hasta ahora.

Archivado En