Las escuchas ¡legales, al Parlamento

Diario 16Cuando en política se suscita un problema, el silencio no es una estrategia adecuada; es, más bien, una invitación al suicidio. Esto es precisamente lo que está haciendo el Gobierno socialista con un tema grave y conflictivo, en el que, paradójicamente, afirma estar libre de toda culpa. Si lo está, si de verdad nada tiene que ver con las escuchas ¡legales, ¿por qué ha puesto todos los obstáculos e inconvenientes posibles para que no se forme la comisión de encuesta parlamentaria?En un país como éste, donde las apariencias importan tanto como las evidencias, el Ejecutivo debería haber ...

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Diario 16Cuando en política se suscita un problema, el silencio no es una estrategia adecuada; es, más bien, una invitación al suicidio. Esto es precisamente lo que está haciendo el Gobierno socialista con un tema grave y conflictivo, en el que, paradójicamente, afirma estar libre de toda culpa. Si lo está, si de verdad nada tiene que ver con las escuchas ¡legales, ¿por qué ha puesto todos los obstáculos e inconvenientes posibles para que no se forme la comisión de encuesta parlamentaria?En un país como éste, donde las apariencias importan tanto como las evidencias, el Ejecutivo debería haber reaccionado más hábil e intefigentemente ante la proclamación del escándalo. No basta con desprestigiar a los mensajeros para acallar el problema, ni basta tampoco con negar la realidad para convencer al país de que, en verdad, el conflicto está suscitado por un períodismo ávido de noticias sensacionales parajustificar su difusión. (...)

A nuestro juicio, por ello, aún está a tiempo el Gobierno de arrojar luz y taquígrafos sobre el tema, de la única forma que ello es posible en libertad y democracia: dejando al Parlamento que investigue la razón o sinrazón de las denuncias, algunas de las cuales ya no son verbo retórico, sino papel oficial en un juzgado de guardia de Madrid.

Así, exactamente, están las cosas. Para salir del atolladero hace falta que la oposición parlamentaria abandone su hipócrita y cómodo cascarón y encare, con nombres. y apellidos, su propia responsabilidad y la culpabilidad ajena, si la hubiere, y que el Gobierno -según sus palabras inocentes- desdeñe el ocultismo y patrocine una investigación en toda regla. Nosotros, ni vamos a descubrir a nuestros informantes (que no delatores), tal y como orde na con estolidez singular el portavoz del Gobierno, ni lanzaremos tierra sucia para esconder este maloliente conflicto. El silencio sólo favorecería a esos servicios, aún incógnitos, que, según presume el vicepresidente Guerra, son los auténticos autores del atentado inconstitucional de las escuchas.

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10 de julio

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