Tribuna:SPLEEN DE MADRID

Los tecnoparados

Los tecnoparados son ya una raza bradburiana y venidera que mi parado de la esquina, todo él de picadura y Prensa obrerista de los años treinta, no acaba de entender bien:-Pues ya se me explicará usted don Umbral, que ahora es que se han vuelto ustedes tan tecnológicos que parecen la ITT con corbata.

Lo cual que Elsa Baeza, en cuya finca de El Escorial pasé el fin de semana, me ha regalado una corbata muy molona, porque yo había perdido la única / última que me quedaba, y la bella ha estado al detalle. Recuerdo a la Elsa de Cuando llegue septiembre, en el Beatriz auspiciad...

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Los tecnoparados son ya una raza bradburiana y venidera que mi parado de la esquina, todo él de picadura y Prensa obrerista de los años treinta, no acaba de entender bien:-Pues ya se me explicará usted don Umbral, que ahora es que se han vuelto ustedes tan tecnológicos que parecen la ITT con corbata.

Lo cual que Elsa Baeza, en cuya finca de El Escorial pasé el fin de semana, me ha regalado una corbata muy molona, porque yo había perdido la única / última que me quedaba, y la bella ha estado al detalle. Recuerdo a la Elsa de Cuando llegue septiembre, en el Beatriz auspiciadores setenta, tiempos / tiempos, y sigue igual de niña. Un tecnoparado -Solchaga, ministro de Industria, dice que vamos a tener 200.000-, no es una víctima del patrón, sino una víctima de la máquina. La máquina manda tanto hoy, que un matutino madrileño repite plancha en hueco de hace tres días, con mi foto, mala, y la de un conocido político, enfrentándonos ideológicamente y, lo que es peor, anecdóticamente. Ya hace tres días el enfrentamiento me pareció gratuito, pero hoy, cuando repiten la plancha por inercia del maquinismo, comprendo que las máquinas también sufren "actos fallidos", son psicoanalizables por Jung (mucho mejor escritor que Freud), y que este acto fallido revela toda la gratuidad del juego. Las radios han empezado muy temprano a llamarme con el tema, que diría el derribado señor Roca -¿conocen?-, porque las máquinas son acusicas de otras máquinas, como oficinistas, con lo que los conflictos laborales reaparecen una vez más, pero ahora a nivel tecnológico y marginando a los tecnoparados, una raza nueva. El parado de mi esquina, que tiene ya una genealogía -es un parado de la-lucha-de-clases-, se ha pasado de la esquina de sol a la esquina de sombra, por las calores de junio, y se saca unos meses con otros, 40.000 púas, de lotería que lleva en el bolsillo, muy dobladita, y que ni siquiera enseña ni pregona. "Me la deja en depósito el estanquero de aquí mismo". Como la Lotería es un rito mayor, una superstición y un mito del pueblo español, hay lotarios que prefieren venir al parado, pasando de largo por delante del estanco, a comprarle al camello de la suerte, subrayando así, mediante esta ingenua clandestinidad, su fe en lo oscuro.

Inauguro en San Antonio el verano oficial de Madrid con paella en la piscina El Lago, la de toda la vida, desde los tiempos de Pedrito Rico y mi querida, perdida y entrañable Paloma Cela. Todas las muchachas con los ingenuos pechos al aire, como dulces llamas de luz, y ul na e se encampana ni e e un pie. Pues con la reconversión indusirial lo mismo. Más que prometer imposibles puestos de trabajo, lo que tienen que hacer Felipe / Almunia es explicar que habrá, por el contrario y lógicamente, cada día menos puestos de trabajo, porque las máquinas vienen con más eficacia y sin reivindicaciones de clase ni primeros de mayo, salvo esa máquina que repite inercialmente mi falsa polémica con un ex político, y encima da malas fotos de ambos, que él es más guapo y yo más fashionable. Bancos, empresas, sindicatos, cosas, tienen que invertir en tecnoparados todo lo que se ahorren de seguridad social, pluses y rollos que las máquinas no exigen, porque las máquinas no tienen "resentimiento de clase" ni menstruan ni cogen la gripe en invierno. A partir de ahí, la utopía socialista se hace realidad mediante la técnica, como todas las utopías (empezando por la rueda, que un día fue utópica para ese granadí de millón y medio de años que han encontrado los catalanes). Un trabajo / cultura, una actividad / ocio es lo que puede redúnir a los tecnoparados, si no queremos volver a la huelga de las hilanderas. La derecha / Fraga, heredera de planteamientos sociales camp, exige imposibles puestos de trabajo. La izquierda debe propiciar puestos de ocio. El parado de mi esquina, que es un clásico del lumpen, se arregla con la lotería.

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