"La sociedad no destruye la resistencia, la compra", afirma el lingüista Paolo Fabri

Los presidentes de la Sociedad Europea de Biosociología, Rafael González Más, y de Cruz Roja Española, Enrique de la Mata, y el doctor Mukudarao, de la ONU, clausuraron ayer el I Congreso Internacional de Marginación Humana, que se ha desarrollado durante tres días en el centro cultural Cuartel del Conde Duque, de Madrid, y que según los organizadores "ha sido una cadena de testimonios para implicar en el tema a gran parte de nuestro país".

En la jornada de clausura participó el lingüista y semiólogo italiano Paolo Fabri, profesor de la universidad de Bolonia y de la escuela de Alto...

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Los presidentes de la Sociedad Europea de Biosociología, Rafael González Más, y de Cruz Roja Española, Enrique de la Mata, y el doctor Mukudarao, de la ONU, clausuraron ayer el I Congreso Internacional de Marginación Humana, que se ha desarrollado durante tres días en el centro cultural Cuartel del Conde Duque, de Madrid, y que según los organizadores "ha sido una cadena de testimonios para implicar en el tema a gran parte de nuestro país".

En la jornada de clausura participó el lingüista y semiólogo italiano Paolo Fabri, profesor de la universidad de Bolonia y de la escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, con una ponencia que tituló El derecho a hablar del otro, en la que afirmó que "todo individuo tiene derecho a ser diferente, a ser otra persona distinta de la que tiene enfrente, a hablar de otra cosa".Fabri sostuvo que "suele decirse que el lenguaje es comunicación, pero resulta en la práctica un sistema de acción imperativa, presupone una idea de la relación social. Hablar es ya una forma de contrato social".

También habló el profesor Fabri, joven y de apariencia informal, del derecho al silencio como forma de respuesta, y así se lo recomienda a sus alumnos. Unos u otros pueden decirse lo que quieran, pero también contestar con el silencio a las cuestiones que les desagraden. Según Fabri, no es suficiente reivindicar sin más "el derecho a la libertad de expresión y al trabajo, pues esto provoca de inmediato una orden: hable, trabaje", añadió. "El lenguaje, tomado como instrumento, puede ser represivo, y si se impone la respuesta se hace represión", agregó, y sintonizó con los marginados en cuanto "marginales que inventan un lenguaje", porque ante la norma que no gusta "hay que jugar, inventar la ceremonia, experimentar nuevas formas de vivir".

Fabri dijo no sintonizar en cambio con "una sociedad que convence del beneficio de la abundancia de bienes para luego fabricar misiles mortíferos y mantener estructuras de pobreza personal". Ante esto comprende a los que practican el "hiperconformismo crítico" como un fenómeno de ironía social, un plantearse la vida como parodia. Y aseguró que "vestimos más burgueses que los burgueses". Actitud que considera voluntariamente distorsionadora, ya que "la sociedad compra sistemáticamente el lenguaje, la moda de los marginados. El capitalismo moderno no destruye la resistencia, se la traga y la comercializa como el movimiento hippy o el punk o la iconografia revolucionaria del Che Guevara".

Marginadores activos

Paolo Fabri considera que marginación no es una razón de Estado, algo pendiente entre el individuo y el poder, sino "un mecanismo dialéctico de rechazarla, amarla y luego comprarla". Sin embargo, "eliminar radicalmente la marginación significaría que hay una sociedad totalitaria. No hay que pensar en la desigualdad, sino en la diferencia".En el último día del Congreso Internacional de Marginación Humana intervino asimismo el profesor Bravo Casas, quien, junto al defensor del pueblo, Joaquín Ruíz Jiménez, y gran parte del público, resaltó que el Derecho está todavía a la zaga de la realidad social.

Cerraron también el congreso los psicólogos de la Cruz Roja Esteban Acosta y Gonzalo Morandé, el profesor Carlos Castilla del Pino y el doctor Alejandro Ávila, quien señaló que los profesionales de la salud mental pueden convertirse en marginadores activos, agentes de control y no de cambio, dictaminando lo que es normal y lo que es patológico en los individuos.

Castilla del Pino coincidió con el jefe del servicio de Psiquiatría y Piscología Médica de Cruz Roja Española, Esteban Acosta, en que no se puede establecer qué tipo de sociedad es alienante o marginadora, pues el concepto de salud mental "lleva un componente ideológico".

En su papel de moderador, que traspasó numerosas veces para intervenir en el debate, a propósito de la afirmación del doctor Morandé, jefe de la sección de Psicología Infanto-Juvenil de Cruz Roja, Castilla señaló que todo niño es vulnerable, ya que todo adulto es bloqueador. Morandé afirmó que la marginación incide ya sobre los niños más vulnerables y que el autista es el primer marginado voluntario, pero que realmente es un niño aterrorizado.

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