Acercamiento entre EE UU e Israel tras el levantamiento del embargo de los F-16

La decisión del Gobierno norteamericano de levantar el embargo para la venta a Israel de 75 cazabombarderos F-16, anunciada el jueves por Ronald Reagan, supone un giro en las relaciones israelo-norteamericanas. Este anuncio ha sido acogido favorablemente en medios gubernamentales israelíes, que, sin embargo, no han reaccionado públicamente.

Tras un período de altas y bajas, que alcanzó su momento crítico poco antes de la sustitución de Ariel Sharon por Moshe Arens al frente del Ministerio de Defensa, Israel recoge ahora las ganancias del acuerdo firmado para la retirada de sus solda...

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La decisión del Gobierno norteamericano de levantar el embargo para la venta a Israel de 75 cazabombarderos F-16, anunciada el jueves por Ronald Reagan, supone un giro en las relaciones israelo-norteamericanas. Este anuncio ha sido acogido favorablemente en medios gubernamentales israelíes, que, sin embargo, no han reaccionado públicamente.

Tras un período de altas y bajas, que alcanzó su momento crítico poco antes de la sustitución de Ariel Sharon por Moshe Arens al frente del Ministerio de Defensa, Israel recoge ahora las ganancias del acuerdo firmado para la retirada de sus soldados de Líbano.

El pasado mes de marzo el presidente Reagan había relacionado la suspensión de las ventas de los F-16 con la presencia de las tropas israelíes en Líbano. "Mientras estas fuerzas estén ocupando otro país, nos está prohibido por ley vender esos aviones", dijo el presidente Reagan, en marzo pasado, en una conferencia de prensa.

Un portavoz del Pentágono ha manifestado que la venta de los 75 aparatos a Israel está "en concordancia con la política norteamericana, que pretende dotar a Israel de los medios para defenderse, en el interior de fronteras seguras, en caso de necesidad".

La mejora de las relaciones norteamericano-israelíes se produce en el momento en que Estados Unidos se dispone a entrar en una campaña preelectoral para las elecciones presidenciales de 1984, en las que el lobby pro israelí va a jugar un papel nada despreciable.

El importe de esta venta, que ha de ser aprobada previaniente por el Congreso norteamericano y coimenzará a llevarse a cabo en 1985, supone 2.700 millones de dólares.

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